problemas ambientales
Las células madres
El cuerpo humano contiene cientos de diferentes tipos de células que son importantes para
nuestra salud diaria. Éstas son responsables de mantenernos en funcionamiento cada día. Las
células madre se distinguen de otros tipos de células por dos características: la primera, es que son células no especializadas que se renuevan ilimitadamente; y la segunda, es que se las
puede inducir a que se conviertan en células con funciones especiales. Cuando una célula
madre se divide por mitosis, cada célula nueva puede seguir siendo una célula madre o
convertirse en otro tipo de célula con una función especializada, como una célula muscular, un
glóbulo rojo o una célula cardíaca, etc. Cuando nos lastimamos o enfermamos, nuestras células se dañan o mueren. Cuando esto
sucede, las células madre se activan. Las células madre tienen la función de reparar los tejidos
dañados y sustituir las células que mueren rutinariamente. De esta manera las células madre
nos mantienen sanos e impiden el envejecimiento prematuro. Las células madre son como
nuestro propio ejército de médicos microscópicos que funciona como un sistema reparador del cuerpo. Por este motivo, tienen la capacidad de reparar, restablecer, reemplazar y regenerar
células que luego podrían utilizarse para el tratamiento de muchas afecciones y enfermedades.
En los seres humanos, se han identificado células madres en el embrión en un estadio
temprano (en el día 5 aproximadamente), en las denominadas células del macizo celular interno. También hay células madres en tejidos fetales, en las células del cordón umbilical y la
placenta. En general, se acepta que los tejidos adultos contienen este tipo de células con
distintas capacidades de diferenciación. El potencial de diferenciación de varios tipos celulares
del adulto a partir de un precursor es claro en tejidos como la médula ósea, donde a partir de
células madres formadoras de células sanguíneas se forman todas las células sanguíneas. En el hígado también es clara la capacidad de regeneración del órgano a partir de una lesión.
También se pueden encontrar células madres en otros órganos del hombre adulto, como el
páncreas y el corazón.
Según su
potencialidad
, las células madres se pueden clasificar en:
Totipotenciales:
Estas son células capaces de generar cualquier célula del organismo, tanto somáticas como germinales. Provienen de un grupo de células denominado masa celular
interna, de un estadio temprano del embrión (se trata de la fase de blastocisto). Estas células
no son embriones, sin embargo para aislarlas es necesario destruir al embrión. Poseen la
capacidad de autoregenerarse y de diferenciarse en muchos tipos celulares, una propiedad
que se conoce como versatilidad celular
. Pueden crecer y formar un organismo completo, tanto
los componentes embrionarios, como los extraembrionarios (como la placenta). Es decir,
pueden formar todo los tipos celulares.
Pluripotenciales:
Son las del cordón umbilical. Células capaces de generar diferentes tejidos
o células pertenecientes a diferentes tejidos y tienen la capacidad de dividirse indefinidamente. Estas células, similares a las que se encuentran en la médula ósea, tienen una compatibilidad
genética exacta con el bebé y en el futuro podrían ayudarlo a combatir enfermedades que
puedan amenazar su salud, y hasta la de otros miembros de la familia, según el grado de
compatibilidad que exista entre ellos y las células preservadas. No pueden formar un
organismo completo, pero sí cualquier otro tipo de célula correspondiente a los tres linajes embrionarios (endodermo, ectodermo y mesodermo), así como el germinal y el saco vitelino.
Pueden, por tanto, formar linajes celulares.
Multipotentes:
son aquellas que sólo pueden generar células de su misma capa o linaje de
origen embrionario. Es una célula no especializada, que se encuentra en un tejido ...
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