Psicologia
Bassols, M.
Afortunadamente, la prevalencia de casos de niños pequeños que presentan trastornosgraves de la comunicación es baja, si la ponemos en relación a otras patologías propias de la población infantil que llega a los CSMIJ.
* Psicólogos en Rancagua Terapia Individual y de Pareja MediaciónPrivada
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En los seis años que llevo ejerciendo tareas como psicóloga del CSMIJ de Girona, he tenido la oportunidad de intervenir en uno de estos casos, y hadesvelado en mí el deseo de compartir esta experiencia de trabajo, así como algunas de las reflexiones que me ha suscitado.
Ante un niño que presenta este grave trastorno, y ante la angustia de la familiaque no entiende a su niño, ni sabe por qué sufren de estas dificultades, el primer problema que se me plantea es cómo organizar un diagnóstico que no se quede solamente en una etiqueta, sino que ademásayude a definir qué líneas de intervención son las más adecuadas, así como un pronóstico lo más realista posible, es decir, que no alimente falsas expectativas, tanto en un sentido esperanzador, comoen el contrario.
Pienso que los manuales diagnósticos que habitualmente utilizamos en nuestro colectivo profesional (ICD 10, DSM III y IV, así como el que nuestra administración sanitaria nosdesigna: el ICD 9), adolecen de especificidad para la etapa infantil, pues proponen categorías que recogen poco los aspectos de potencial del niño, o los aspectos evolutivos y relacionales. Afortunadamente,ya podemos contar para cubrir este vacío (aunque aún no traducida del inglés) con la “Diagnostic Classification zero-three”, (a partir de ahora, para abreviar: CD 0-3) fruto del trabajo del NationalCenter for Clinical Infant Programs.
Desde la perspectiva de cómo organizar una intervención lo más terapéutica posible para el niño y su familia, pienso que es importante no caer en dogmatismos...
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