Ramayana
Valmiki
VALMIKI
Uno de los grandes libros de la India es el Ramayana, extenso poema de más de 24.000 estrofas, que narra las gestas de Rama.
La leyenda refiere que el dios Brama pidió al poeta Valmiki que lo escribiera, y éste lo hizo. Rama, casado con Sita, es el hijo del rey Dasaratha, y va a suceder a su padre, cuando, a causa de unas intrigas palaciegas, es desterradoa la selva, adonde le acompaña su esposa. Allí, Sita es raptada por el rey de los demonios y transportada a la isla de Ranka. Rama se alía con el ejército de monos y va en su busca y a la liberta.
La fiel Sita y el valeroso Rama vuelven a palacio y suben al trono. El poema, escrito en el siglo II d. De J.C., se ha convertido en el libro más popular de la India, leído por niños y mayores.La grandeza de la selva, la hermosura terrible de la naturaleza india, es uno de los principales atractivos literarios de el Ramayana.
I.INTRODUCCIÓN: DE CÓMO EL GANGES DESCENDIÓ DEL CIELO
Temerarios como el que desafía al tigre en su guarida, el que despoja el hijo de corta edad a su madre y el que interrumpe al sabio en su profunda meditación. Los sesenta mil descendientes del reySagara, que, encontraron la muerte, como las aguas tumultuosas llenan los valles después de la estación de las lluvias, poblaban la tierra, y en su ingente número no se asemejaban a una familia de hermanos, sino a un terrible ejército.
Los sesenta mil príncipes, hijos todos de un mismo padre, con el ruido de sus trompas de caza atronaban las selvas. Temblaban las montañas, las fieras sedispersaban, y los piadosos ascetas que viven solitarios en el bosque se ocultaban en las cuevas profundas. Las cacerías de los príncipes sagaritas se asemejaban a una guerra asoladora. Ellos solos hubiesen podido tomar una ciudad populosa; todos ellos, guerreros de estirpe regia, profusamente adornados, manejando el arco y la jabalina, se movían uniformemente por propio impulso como bandas de patossalvajes. No temían el desierto ni el país extraño, pues todo lo poblaban con su número aterrador. Nada resistía a su ímpetu.
Uno solo, de entre todos los hombres que presenciaban, asustados, el avance de los hijos de Sagara, permanecía indiferente, sin dejarse avasallar por el temor. Era el sabio Kapila. Su mente estaba sumergida en las brumas de la meditación o se elevaba de pronto hasta lasmás altas verdades. Sus oídos permanecían insensibles y su vista no se fijaba en las cosas de la tierra. Arrebatado en la soledad, habitaba en la alta cumbre de una montaña que dominaba la extensa llanura del noreste, y asistía, sin inmutarse, al griterío de los sesenta mil guerreros que se agitaban como hormigas a sus pies.
Pero no bastó a los imprudentes jóvenes con inundar la llanura donde sehallaba en meditación el sabio. Pronto sonaron las roncas conchas de caza; el relinchar de los corceles atronó el recinto sagrado, y. Semejantes a las abejas que se dirigen en columna hacia su panal, llenaron con sus pisadas y sus gritos el elevado bosque en cuya profundidad estaba Kapila.
¡Nunca lo hubiesen hecho! El sabio, encolerizado por aquella profanación, invocó contra aquellosinsolentes la maldición de los dioses. Un súbito terror de causa desconocida se apoderó de los sagaritas, y antes que pudiesen emprender la huida, como si los atacara un fuego invisible, sus cuerpos, armaduras, caballerías y arneses se vieron reducidos a cenizas. Una parte de ellos quedó, ennegreciendo la falda de la montaña, con sus restos carbonizados. Los demás, que aún no habían subido, seencontraron muertos en la llanura. Los millares de cuerpos quemados despedían un hedor insoportable; pero el aire permanecía puro en la zona retirada donde el sabio estaba. Entonces, para borrar los restos de aquella destrucción, los dioses, descendiese del cielo y corriese por la tierra, a lo largo del inmenso valle cubierto por los cadáveres ennegrecidos. Su corriente sagrada fertiliza los...
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