Razon y fe
¿Qué es la FE? “La Fe es garantía de lo que se espera, la prueba de lo que no se ve”[1]. “La Fe es un don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por Él... Pero no es menos cierto que es un acto auténticamente humano”[2]. “A pesar de que la Fe está por encima de la razón, jamás puede haber desacuerdo entre ellas. Puesto que el mismo Dios que revela los misterios y comunica la feha hecho descender en el espíritu humano la luz de la razón, Dios no podría negarse a sí mismo, ni lo verdadero contradecir jamás a lo verdadero (CC. Vaticano I: DS 3017). Por eso, la investigación metódica en todas las disciplinas, si se procede de un modo realmente científico y según las normas morales, nunca estará realmente en oposición con la Fe, porque las realidades profanas y lasrealidades de Fe tienen su origen en el mismo Dios”[3].
Veamos qué piensa San Buenaventura: “El filósofo está menos seguro de lo que sabe que el fiel de lo que cree. Y, sin embargo, es la misma fe en la verdad revelada la fuente de la especulación filosófica. En efecto, allí donde la razón es suficiente para determinar el asentimiento, la fe no encuentra sitio; pero sucede muy a menudo que la fese refiere a un objeto demasiado elevado para que podamos aprehenderlo racionalmente. No es la razón, sino el amor a este objeto, lo que nos impulsa al acto de fe. Entonces entra en juego la especulación filosófica. El que cree por amor quiere tener razones de su creencia; nada es más dulce para el hombre que comprender lo que ama; así, la filosofía nace de una necesidad del corazón, que quieregozar, de manera más plena, del objeto de su fe.
Esto equivale a decir que la filosofía y la teología, distintas por sus métodos, se completan y continúan una a otra, hasta el punto de aparecer como dos guías que nos conducen hacia Dios. Toda nuestra vida no es sino una peregrinación hacia Dios; el camino que seguimos, si estamos en la buena vía, es la vía iluminativa; la finalidad nos esdada por la fe; la alcanzamos y nos adherimos a ella por el amor, pero con un alcance incierto, y con una adhesión a menudo vacilante, porque nos falta el conocimiento claro sobre el que se fundaría un amor inmutable. El amor perfecto y el goce total que lo acompaña nos esperan al término de la peregrinación en que nos hallamos metidos. El camino puede parecer largo; pero si lo miramos bien, ¡cuántasalegrías anunciadoras de la bienaventuranza nos esperan ya en el camino! El que sigue la vía iluminativa, creyendo y esforzándose por comprender lo que cree, encuentra en cada una de sus percepciones y en cada uno de sus actos de conocimiento al mismo Dios escondido en el interior de las cosas”[4].
Ahora veamos el pensamiento de Santo Tomás: “Una doble condición domina el desarrollo dela filosofía tomista: la distinción entre la razón y la fe, y la necesidad de su concordancia. El ámbito entero de la filosofía proviene exclusivamente de la razón; es decir, que el filósofo no debe admitir nada más que lo que sea accesible a la luz natural y demostrable por sus solos recursos. La teología, por el contrario, se basa en la revelación, o sea, en fin de cuentas, en la autoridad deDios. Los artículos de la fe son conocimientos( de origen sobrenatural, contenidos en fórmulas cuyo sentido no nos es enteramente penetrable, pero que debemos aceptar como tales, aunque no podamos comprenderlos. Así, pues, un filósofo argumenta siempre buscando en la razón los principios de su argumentación; un teólogo argumenta siempre buscando sus principios primeros en la revelación. Delimitadosasí los dos dominios, es necesario constatar, empero, que ocupan en común un determinado número de posiciones. En primer lugar, la armonía de derecho entre sus conclusiones últimas es cosa cierta, incluso cuando esa armonía no aparezca de hecho. Ni la razón -cuando la usamos correctamente- ni la revelación -puesto que tiene su origen en Dios- pueden engañarnos. Ahora bien, la concordancia de la...
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