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¿DERECHOS AMBIENTALES DE LAS GENERACIONES FUTURAS?
Fernando León Jiménez
En este estudio intentamos responder a cuatro cuestiones, a saber:
1º.- ¿Es posible admitir la existencia dentro de nuestro ordenamiento jurídico constitucional de derechos ambientales para las generaciones futuras?
2º.- ¿Cuál su fundamento?
3º.- ¿Cuál es su contenido obligacional?
4º.-Sujetos obligados.
I ¿EXISTEN LOS DERECHOS AMBIENTALES DE LAS GENERACIONES FUTURAS?
En el art. 45.2 C.E. se establece que “los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva”. Del precepto interesa destacar laapelación a la finalidad de proteger la calidad de vida, por una parte, y la de defender y restaurar el medio ambiente, por otra.
La finalidad de mejora de la calidad de vida constituiría una invocación a la obligación de preservar un grado de bienestar cualitativo y vinculado esencialmente a los bienes ambientales para las generaciones presentes. Sin embargo, la obligación de defender yrestaurar el medio ambiente como finalidad en sí no es más que una forma indirecta de proteger la calidad de vida de las generaciones futuras, imposible de preservar sin la protección del medio actualmente existente (que será el del futuro), al tiempo que una declaración de sacralidad de la naturaleza: ésta merece protección autónoma porque constituye un valor digno de tutela al estar dotada de valor perse. De esta manera, el concepto de calidad de vida permite “la fundamentación como sostenible de un cierto antropocentrismo débil” (el subrayado es nuestro)[1], al considerar como un postulado fundamental de su contenido la necesidad de protección del medio ambiente como elemento necesario para la vida humana presente, sin la cual no existiría en ningún caso la futura: el medio obtiene asívalor mediato, pero imprescindible, para superar la amenaza a la supervivencia humana que supone la crisis ambiental.
En consecuencia, ambas expresiones “traen” a la Constitución los intereses ambientales de las futuras generaciones “en su condición de beneficiarias del fideicomiso del que somos responsables”,[2] que pasa obligadamente por la conservación del entorno en el estado necesario paramantener unos niveles dignos de calidad de vida para que lo disfruten los que aún no existen. Esta obligación puede simplificarse en el enunciado ético, que indudablemente deberá tener hondas consecuencias jurídicas, avanzado por Randers y Medows: “No se pueden ejercer acciones que recorten las opciones económicas y sociales de las generaciones futuras”[3]. Toda decisión orientada a un aumento deldesarrollo puede calificarse de insolidaria si compromete la subsistencia o la calidad de vida de las generaciones posteriores. Esta regla supone la asunción de un rudimentario pero sabio criterio ético-político de la tribu chewapa. Este criterio es el conocido como regla de la séptima generación: antes de tomar cualquier decisión comunitaria o personal deberá revisarse qué consecuencias tendrá paralas siete generaciones posteriores a la que se plantea la nueva medida.[4] Si alguna de estas siete generaciones posteriores va a sufrir algún perjuicio a raíz de la misma, ésta se considera injusta y no se lleva a la práctica.
En este contexto de sentido se encuadra la vinculación entre del derecho al ambiente y el principio de solidaridad actual e intergeneracional. El art. 45.2 CE serefiere a esta relación con la expresión “indispensable solidaridad colectiva”. Y es su carácter “indispensable” el que ha permitido calificar a los derechos ambientales de las generaciones futuras comoderechos de solidaridad, o de obligación de las presentes sin contraprestación de las futuras. De esta manera, solidaridad y justicia quedan no sólo enlazadas sino asimiladas: lo insolidario es...
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