Resumen de "La rosa roja de Nissan" Holloway
La nueva fábrica Nissan se inauguró el 11 de septiembre de 1986. El tema central de toda esta publicidad era que la planta Nissan abría una nueva época. Unas semanas después, una publicidad rodeó a otro acontecimiento: el lanzamiento del nuevo modelo de Partido Laborista en su conferencia anual, el partido de la nueva Mayoría Moral, el partido del nuevo consenso. También aquí se ofrece unanueva época, una ruptura con el pasado. Queda cerrado el basurero de la historia con su maloliente política de conflicto y combatividad sindical, los militantes machos son sustituidos por el caballero de la flor. ¿Es sólo una coincidencia o nos dice algo de la dirección que está tomando el capitalismo en Gran Bretaña?
El contraste que sugiere la publicidad de Nissan es un contraste con la industriadel automóvil británica de los años 70. En contraste, Nissan un nuevo modelo de relaciones productivas, una tendencia actual denominada neofordismo o posfordismo. La crisis en British Leyland1 a mediados de los 70 es significativa no solamente porque era una compañía muy grande, sino también porque se presentaba como el estereotipo de la industria ligada al largo boom de posguerra2.
El largoperíodo de prosperidad relativa permitió a los trabajadores afirmar una importante relación de fuerzas. En British Leyland la fuerza negociadora de los obreros (y las consiguientes limitaciones para la dirección de la empresa) se expresaron con la mayor claridad en el sistema de mutualidad. Bajo este sistema, la dirección aceptó que no se podrían introducir nuevas tecnologías o reorganización de lasnormas laborales sin el consentimiento previo de los delegados de departamentos. El principio de mutualidad establecía que los derechos de la dirección eran limitados y que se debía pagar por cualquier intensificación del trabajo. “Pagar por cambiar”.
En los últimos años 60 y primeros 70 todo el patrón de dominación y producción comenzó a sacudirse. El hastío acumulado se combinó con la confianzaacumulada durante un largo período sin desempleo para determinar que fuera cada vez más difícil encerrar las frustraciones en el interior de la fábrica. La explosiva frustración se expresó en una alta tasa de rotación en el trabajo, crecientes ausentismo y sabotaje, y frecuente estallido de huelgas. Significativamente, la mayoría de estas huelgas se originaban en disputas sobre las condiciones detrabajo. Los altos salarios ya no bastaban para contener la frustración acumulada. Aquella autoridad que es la premisa de todo el sistema capitalista de producción, ya no funcionaba.
La pérdida de autoridad dentro de las fábricas se mezcló con el colapso del otro frágil pilar del fordismo. Las dificultades en la producción en todas partes (debidas a una combinación entre la combatividadascendente y el hecho de que las inversiones en nueva maquinaria ya no llegaban a aumentos significativos en la productividad). Hacia el 74, cuando la crisis mundial ya era evidente y el aumento de precios del petróleo llegó hasta los automovilistas, los fabricantes de automóviles tenían que competir intensamente para vender sus productos3. Desde ambos lados de la relación capital – trabajo, laestabilidad relativa del fordismo estaba bajo ataque. Al período de compromiso en el cual los sindicatos habían mantenido juntas a ambas partes en aparente armonía, sucedió un período de conflicto abierto, de abierta lucha por el poder. La crisis de British Leyland fue el estallido del combate abierto.
La crisis capitalista nunca es otra cosa que esto: la ruptura de un patrón de dominación de claserelativamente estable. Aparece como una crisis económica, que se expresa en una caída de la tasa de ganancia, pero su núcleo es el fracaso de un patrón de dominación establecido. Desde el punto de vista del capital, la crisis sólo puede ser resuelta mediante el establecimiento de nuevos patrones de dominación. Para el capital, la crisis sólo puede ser resuelta a través de la lucha, a través del...
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