rigoletto
El ensayo definitivo sobre la inmensa ópera de Giuseppe Verdi, ante su estreno en el Met neoyorquino el 13 de abril.
Victor Hugo, en su respuesta a la prohibición de la censura, fechada el 30 de noviembre de 1832, resume su obra Le Roi s´amuse, asegurando que “Le sujet véritable du drame, c´est la malédiction de M. de Saint-Vallier”. Unos añosdespués, el 3 de junio de 1850, Giuseppe Verdi escribe a su libretista Francesco Maria Piave, proponiendo como título de la ópera ya en marcha La Maledizione di Vallier, o, para resumir, La Maledizione.
Luego, la ópera se acabará llamando Rigoletto, derivación italianizada del Triboulet francés, después de que el Cavalier de Gorzkovski prohibiera el proyecto por la obscenidad del argumento y por sucrítica a la monarquía, un doble escollo que se solventaría suprimiendo una escena comprometida y convirtiendo la corte del rey Francisco de Francia en la del Duque de Mantua.
Libretista y músico, cambiando los nombres de los personajes y su entorno, siguieron en su inevitable labor de condensación tan cerca la obra del dramaturgo que sólo suprimieron dos pasajes: la ya aludida escenacomprometida (Blanche-Gilda se enfrenta con el Rey-Duque en su palacio después de haber sido raptada, resistiéndose a la seducción), y la prolongación del desenlace (el bufón descubre a su hija muerta en el saco y muestra su desgracia a unos campesinos, que convocan a un médico que certifica la defunción).
La relación entre la obra teatral de Victor Hugo Le Roi s´amuse y la ópera de Piave-Verdi Rigoletto estan estrecha que puede decirse que el drama musical ha engullido de tal modo al literario que, como señala Raymond Pouillart, “el nombre de Verdi ocultaba al de Hugo”, y como asegura Jean-Michel Brèque citando a Michel Butor, “Le Roi s´amuse ha encontrado en Rigoletto su auténtica forma”.
El tránsito de Victor Hugo a Francesco Maria Piave y luego a Giuseppe Verdi mantiene intacta la peculiaridadde una tragedia que, con todos los respetos a la opinión de sus autores, no puede reducirse tan sólo al efecto letal de la famosa “malédiction”, “maledizione”, o maldición.
El señor de Saint-Vallier, transformado en Conte di Monterone, maldice al libertino por haber seducido a su hija y maldice al bufón por burlarse del dolor de un padre. La maldición del noble ofendido se queda coja en suefectividad fatídica. Sólo afecta al desgraciado Triboulet, o Rigoletto, cuya venganza acaba sacrificando a la víctima mientras el verdugo canturrea una frívola tonada que alude, para más inri, a la volubilidad femenina. El duque entona “La donna é mobile” mientras el bufón abraza el cadáver de su hija muerta. La lógica implacable que dirige las conductas del trío protagonista hay que buscarla más alládel “deus ex machina” de una condena lanzada desde el exterior. Hay que buscarla en el carácter del corrupto libertino, en la mente de la virgen encarcelada, en el alma turbulenta del payaso. Lo que mueve a cada uno, girando aisladamente en frenética soledad, proporcionará la clave de esta obra excelsa, monumento al pesimismo, apoteosis de la negrura, sinfonía de la incomunicación.
Diversión otedio
El Duque de Mantua es un libertino, cabría decir, “de libro”. Junto a otros grandes depredadores de la femineidad, como Fausto o Don Juan, este joven “giocondo e bello” se lleva la palma de la insensibilidad perfecta, del egoísmo imperioso, de un abrupto e insondable afán de novedad. La crudeza de su actitud tiene mucho, en lo extremado de su voracidad, de abstracto, de arquetípico, deirreal. No se puede ser “más libertino”, no cabe mayor frialdad en el desprecio a la “mujer conquistada”, cuesta imaginar un grado superior de brutalidad en la insaciable dieta sexual donde ningún bocado se excluye. Si el hombre no fuera tan horrible, parecería hasta ingenuo, en el desparpajo violento con que adquiere, rompe y tira sus “juguetes”.
Es un joven desprovisto de moralidad, se rige por...
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