Stanley cavell
Palabras clave: Stanley Cavell, cine, democracia, perfeccionismo, resurrección. Resumen: La resurrección es un motivo que el cine ha reelaborado a menudo de una manera sorprendente. Podemos citar, a modo de ejemplo, quincetítulos significativos en los que ese tema se articula en direcciones disparejas: Laura (1944) de Otto Preminger, El retrato de Jennie (Portrait of Jennie, 1948) de William Dieterle, Ultimátum a la Tierra (The Day the Earth Stood Still, 1951) de Robert Wise, La palabra (Ordet, 1955) de Carl Theodor Dreyer, Vértigo (Vertigo, 1958) de Alfred Hitchcock, Viridiana (1961) de Luis Buñuel, Solaris (1972) deAndrei Tarkovsky, La Marquesa de O (Die Marquise von O…, 1976) de Éric Rohmer, La última tentación de Cristo (The Last Temptation of Christ, 1988) Martin Scorsese, Despertares (Awakenings, 1990) de Penny Marshall, Gato negro, Gato blanco (Crna macka, beli macor, 1998) de Emir Kusturica, Hable con ella (2002) y Volver (2006) de Pedro Almodóvar, El hombre sin pasado (The Man without a Past, 2002) deAki Kaurismaki o Luz silenciosa (2007) de Carlos Reygadas. Esta recurrencia del motivo de la resurrección en el cine azuza los afanes, nunca saturados, de la interpretación filosófica. Stanley Cavell, el catedrático emérito de Estética y Teoría General de los Valores en la Universidad de Harvard, es un filósofo que ha reflexionado con sutileza y perspicacia acerca de ciertos presupuestos eimplicaciones de ese motivo dentro del medio cinematográfico, si bien es cierto que no lo ha hecho por referencia a la mayoría de las películas antes citadas1. Esa reflexión aparece ocasional, pero reiteradamente en sus análisis (selectivos y, si se quiere,
Aunque, para ser más precisos, podemos entrever el motivo en algunas de sus alusiones a Vértigo y también en el tratamiento que ofrece de La marquesade O… en la tercera de sus Carus Lectures de 1988 (“The Conversation of Justice. Rawls and the Drama of Consent”), publicadas como Conditions Handsome and Unhandsome: The Constitution of Emersonian Perfectionism, The University of Chicago Press, Chicago, 1990, pp. 101-126.
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idiosincrásicos) de los grupos de películas que él enmarca en sus dos géneros cinematográficos preferidos, ambospertenecientes a la época dorada de Hollywood: las comedias de enredo matrimonial (remarriage comedies) y los melodramas de la mujer desconocida (melodramas of the unknown woman). En relación con el primero de esos géneros, conviene tener muy presente su revisión del tipo de comedia romántica que inaugura William Shakespeare; y, en relación con el segundo, el lazo genealógico de los melodramas, queatañe a la propia significatividad de la resurrección como motivo cinematográfico, lo ofrece ante todo su particular lectura de Casa de muñecas de Henrik Ibsen. La reflexión de Cavell sobre dicho motivo también ocupa un lugar prominente en sus especulaciones a propósito de Conte D’Hiver de Éric Rohmer y, por lo tanto, a propósito también de las conexiones de esta película con la pieza teatral deShakespeare que Éric Rohmer homenajea, The Winter’s Tale. En esos pasajes y en otros anteriores, Cavell no entiende la idea de resurrección únicamente (y ni siquiera en primera instancia) desde su significación religiosa, aun cuando sean justo sus connotaciones religiosas lo que en no poca medida le dan la gracia al sentido ordinario sobre la resurrección. De este da testimonio el uso lingüísticocomún: entre las acepciones de resucitar (del latín resuscitāre; de re y suscitāre, despertar) se cuenta no sólo la de volver -o devolver- la vida a un muerto, sino también los sentidos figurados y coloquiales de volver a la vida, volver a nacer, así como restablecer, renovar, dar nuevo ser a algo. En realidad, al igual que ocurre, por ejemplo, con Hannah Arendt cuando rescata el motivo del milagro...
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