Tareas
escrita en idioma extranjero y con alfabeto desconocido. En el
diario que luego hallara Charles Ward, Smith había
reproducido torpemente una determinada combinación de
caracteres que vio repetida en ella varias veces. Los
especialistas de la Universidad de Brown determinaron que
tales caracteres correspondían al alfabeto amhárico o abisinio,pero no lograron identificar la palabra en cuestión. Ninguna de
las tres cartas llegó jamás a manos de Curwen, aunque el
hecho de que Jedediah Orne desapareciera al poco tiempo de
Salem, demuestra que los conjurados de Providence habían
tomado ciertas medidas con toda discreción. La Sociedad
Histórica de Pensilvania posee también una curiosa carta
escrita por un tal doctor Shippen en que semenciona la
llegada a Filadelfia por aquel entonces de un extraño
personaje. Pero, mientras, algo más importante se tramaba. Los
principales frutos de los descubrimientos de Weeden
resultaron de las reuniones secretas de marineros y
mercenarios juramentados que tenían lugar durante la noche
en los almacenes de Brown. Lenta, pero seguramente, se iba
elaborando un plan de campaña destinadoa eliminar, sin dejar
rastro, los siniestros misterios de Joseph Curwen.
A pesar de todas las precauciones adoptadas para
que no reparara en la vigilancia de que era objeto, el siniestro
personaje debió observar que algo anormal ocurría, ya que a
partir de entonces pareció siempre muy preocupado. Su calesa
era vista a todas horas en la ciudad y en la carretera de
Pawtuxet, y poco a poco fueabandonando el aire de forzada
amabilidad con que últimamente había tratado de combatir los
prejuicios de la ciudad.
Los vecinos más próximos a su granja, los Fenner,
vieron una noche un gran chorro de luz que brotaba de alguna
abertura del techo de aquel edificio de piedra que tenía
troneras en vez de ventanas, acontecimiento que comunicaron
rápidamente a John Brown. Se había convertidoéste en jefe
del grupo decidido a terminar con Curwen, y con tal fin había
informado a los Fenner de sus propósitos, lo cual consideró
necesario debido a que los granjeros habían de ser testigos
forzosamente del ataque final. Justificó el asalto diciendo que
Curwen era un espía de los oficiales de aduanas de Newport,
en contra de los cuales se alzaba en aquellos días todo
fletador,comerciante o granjero de Providence, abierta o
clandestinamente. Si los vecinos de Curwen creyeron o no el
embuste, es cosa que no se sabe con certeza, pero lo cierto es
que se mostraron más que dispuestos a relacionar cualquier
manifestación del mal con un hombre que tan extrañas
costumbres demostraba. El señor Brown les había encargado
que vigilaran la granja de Curwen y, en consecuencia, leinformaban puntualmente de todo incidente que tuviera lugar
en la propiedad en cuestión.
La probabilidad de que Curwen estuviera en guardia
y proyectara algo anormal, como sugería aquel chorro de luz,
precipitó finalmente la acción tan cuidadosamente planeada
por el grupo de ciudadanos. Según el diario de Smith, casi un
centenar de hombres se reunieron a las diez de la noche del 12
de abrilde 1771 en la gran sala de la Taberna Thurston, al otro
lado del puente de Weybosset Point. Entre los cabecillas,
además de John Brown, figuraban el doctor Bowen, con su
maletín de instrumental quirúrgico; el presidente Manning sin
su peluca (que se tenía por la mayor en las Colonias); el
gobernador Hopkins, envuelto en su capa negra y
acompañado de su hermano Eseh, al cual había iniciado enel
último momento con el consentimiento de sus compañeros;
John Carter; el capitán Mathewson y el capitán Whipple,
encargado de dirigir la expedición.
Alrededor de las diez y media se oyó el ruido de unas
ruedas que pasaban sobre el Puente Grande y no hubo
necesidad de esperar a Weeden para saber que Curwen había
salido en dirección a la siniestra granja. Poco después,
mientras la...
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