Tarsea
Lope de Vega
Jornada Primera
(Salen Guillermo y Pierres, buhoneros)
Guillermo.
¿Que en esa acera pusiste
tu aparato y tienda, Pierres?
Guarda que el lance no yerres
que en la de enfrente tuviste.
No te fue mal otros años
con el puesto que te di.
Pierres.
Antes, por ganar, perdí;
hay un provecho y mil daños.
Guillermo.
Pues la luz, ¿no es deimportancia?
Pierres.
Sí, pero tiene aquel lado
descubierto y me han robado
la mitad de la ganancia.
Guillermo.
¡Qué bien nos dio de comer
el amigo!
Pierres.
¡Largo cuenta!
A fe que tiene pimienta,
pero no para beber.
Conocíle yo en Amberes,
pobre y de bellaco talle,
que vendía por la calle
hilo, antojos y alfileres,
y agora está rico a costa
de nuestras pobres haciendas.
Guillermo.
¿Descubriremos las tiendas?
Pierres.
Ganar quieres por la posta.
Guillermo.
Mal me fue por la mañana.
Las Ferias de Madrid
Lope de Vega
Pierres.
Descubre, que dio la una.
Guillermo.
Espero mejor fortuna
si esta tarde no se gana.
(Descubren las tiendas, y sale Lucrecio)
Lucrecio.
¡Oh, pesia tal con el pesado yugo,
que a fuerza quiere ya romper el cuelloy que ha de ser un vulgo mi verdugo!
Colgada veo de un sutil cabello
toda la fuerza del cabello mío.
Rómpase ya, que gusto de rompello
Maldiga Dios aqueste desvarío
de ferias o de diablos, que me tiene,
antes que entre el invierno, helado y frío.
Todos los años por aciago viene
la fiesta de este santo, como martes,
y para todos es fiesta solene.
Adrían.
¿Úsase, por ventura, enotras partes
aquesta negra feria o borrachera,
grande invención de un bachiller en artes?
Paréceme esta plaza a la quimera,
compuesta de oro, paños y cebollas:
aquí cuelga un tapiz; allí, una estera.
También se venden perlas como pollas,
y como rica seda, verde esparto,
camas de campo y coberteras de ollas.
Lucrecio.
¿Dónde bueno, Adrián?
Adrían.
Cansado y harto.
Lucrecio.
¿Dever la feria?
Adrían.
Más de huír la feria.
Las Ferias de Madrid
Lope de Vega
Lucrecio.
¿Huír? ¡Mala señal!
Adrían.
No tengo un cuarto.
Lucrecio.
¿Por Dios, que ha sido general miseria!
En cueros he quedado.
Adrían.
Así nacistes;
tendréis menos calor.
Lucrecio.
Y más laceria.
Contadme, pues, las ferias que le distes
a la señora doña
Adrían.
Quedo; basta,no la nombréis.
Lucrecio.
¿Parece que la vistes?
Adrían.
Dile de ferias una gran canasta.
Lucrecio.
¿Qué tantas fueron?
Adrían.
No, la cesta sola.
Lucrecio.
Empeñado quedáis.
Adrían.
Mucho se gasta.
Lucrecio.
¡Ah, quién fuera serpiente que la cola
metiera en los oídos al encanto
de un ¡"Dadme ferias, dadme ferias"!¡Hola!
¿Qué es aquesto, señor?¿Dice algúnsanto,
algún doctor, algún antiguo o nuevo,
que esto tenga razón?
Las Ferias de Madrid
Lope de Vega
Adrían.
De vos me espanto.
¿No lo recibe el vulgo? Yo lo apruebo,
que pone leyes como el rey.
Lucrecio.
¡Ah, carga
de vil pobreza, que a los hombros llevo!
Reciba el vulgo que la calza larga
llegue al tobillo, y la camisa, al hombro
adobada y tiesa, que parezca adarga;
y lossombreros, como yo los nombro,
panes de azúcar, y que chico y grande
se igualen en vestir, que no me asombro,
todo lo sufro bien; pero no mande
que la feria de aquél que compra y vende
tan recebida entre mujeres ande.
Si el otro vende y compra, no se entiende
que, porque él lo dé sin alcabala,
aquella ley aquésta comprehende.
Si mi dama quiere alguna gala,
para dársela yo, ¿qué es deimportancia
que lo mande la feria?
(Félix Lope de Vega y Carpio, Madrid, 1562- id., 1635) Escritor español. Lope de Vega procedía de una familia humilde y su vida fue sumamente agitada y llena de lances amorosos. Estudió en los jesuitas de Madrid (1574) y cursó estudios universitarios en Alcalá (1576), aunque no consiguió el grado de bachiller.
Debido a la composición de unos libelos...
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