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Investigación y Ciencia Febrero, 2005
Luis P. Villarreal
Los virus al borde de la vida
Los virus son parásitos que bordean la frontera entre lo vivo y lo inerte. Cuentan con los
mismos ácidos nucleicos y proteínas que constituyen las células vivas, pero requieren de la
ayuda de éstas para replicarse y propagarse.
Durante decenios, los expertos han discutidoacerca de si los virus están vivos o no. Este debate
ha distraído de una cuestión que reviste mayor importancia: el papel fundamental de los virus en
la evolución.
Ingentes cantidades de virus están en constante proceso de replicación y mutación. Constituyen
la principal fuente de innovación génica. Un gen emergente, responsable de una función útil,
puede incorporarse al genoma de la célulahuésped y establecer allí su residencia permanente.
Pese a poner en cuestión nuestro concepto de "ser vivo", los virus constituyen piezas
fundamentales del entramado de la vida
A lo largo de los ciento y pico años transcurridos desde su descubrimiento, y en repetidas
ocasiones, los expertos han cambiado de opinión acerca de la identidad de los virus.
Considerados primero venenos, luego formas devida y más tarde sustancias bioquímicas, los
virus ocupan hoy, en el pensamiento biológico, una zona gris entre lo vivo y lo inerte: incapaces
de autorreplicarse, lo consiguen, sin embargo, en el interior de una célula viva. Además,
condicionan de una forma determinante el comportamiento de tal huésped.
La inclusión de los virus en el mundo inerte, durante buena parte de la era moderna de labiología, trajo consigo una consecuencia negativa: se prescindió de ellos en el estudio de la
evolución. Para nuestra fortuna, la ciencia comienza a valorar el papel decisivo de los virus en la
historia de la vida.
De formas vivas a contenedores de biomoléculas
No es extraño que la clasificación de los virus entrañe tamaña dificultad. Según la lente que
usemos para observarlos, parecen una cosau otra. El interés por los virus surgió de su relación
con las enfermedades; la palabra "virus" proviene de la misma raíz que el término latino para
designar "veneno". A finales del siglo XIX, los investigadores se percataron de que la rabia y la
fiebre aftosa, entre otras afecciones, eran causadas por partículas que se comportaban como las
bacterias, aunque presentaban un tamaño mucho menor.Dado que se trataba claramente de una
entidad biológica y que se propagaba a otras víctimas causando en éstas efectos evidentes, se
pensó que los virus constituían la más simple de todas las formas vivas portadoras de genes.
Fueron degradados a la categoría de compuestos químicos inertes en 1935, cuando Wendell M.
Stanley y su grupo, en la institución que hoy se conoce como UniversidadRockefeller de Nueva
York, lograron cristalizar el virus del mosaico del tabaco. El primero. Observaron que constaba
de un paquete de biomoléculas complejas, aunque carecía de sistemas esenciales para las
funciones metabólicas, la actividad química de la vida. Por este trabajo, Stanley compartió el
premio Nobel de 1946 de química (no de fisiología o medicina).
Investigaciones posteriores del propioStanley y otros establecieron que los virus consistían en
ácidos nucleicos (ADN o ARN) encerrados dentro de una envoltura proteica que podía albergar
también proteínas víricas implicadas en la infección. De acuerdo con esta descripción, un virus
guarda semejanza más estrecha con un conjunto de moléculas que con un organismo. Sin
embargo, cuando un virus penetra en una célula, no permaneceinactivo. Se despoja de su
envoltura, libera sus genes y obliga a la célula huésped a poner al servicio del virus los
mecanismos de replicación: la célula replica e1 ADN, o ARN, del intruso y, siguiendo las
instrucciones del ácido nucleico del virus, sintetiza más proteína vírica. Los elementos víricos
emergentes se ensamblan, armando nuevas partículas víricas, que terminarán por infectar...
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