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Páginas: 16 (3999 palabras)
Publicado: 21 de octubre de 2015
EN LA ÉPOCA COLONIAL
Si no tan temprana como la producción historiográfica
de la época, más directamente apegada a los sucesos del Descubrimiento y la Conquista, la épica hispanoamericana colonial tiene un origen muy poco posterior. Además, una vez
afirmada llega a alcanzar en aquellos siglos una abundancia
y continuidad notorias.
Es evidente que había entre las crónicasy los poemas
épicos más de un punto de contacto. Sobre todo, si tenemos
en cuenta que la épica hispanoamericana se centró, de manera
casi absoluta, aun distinguiendo etapas, en los temas de la
Conquista. Especialmente, en su primer siglo. Por otra parte,
no puede extrañar que, con posterioridad, aparecieran otros
temas, como ocurre con los motivos religiosos. Y sin perder
de vista, por eso, lacontinuidad de la epopeya heroica, ahora
dentro de un campo más repartido. En el desarrollo de la
epopeya que situamos en el siglo xvi, y para la cual cabe,
concretamente, el nombre de epopeya renacentista americana,
confluyen dos factores explicables. Por un lado, la difusión
contemporánea que gana la epopeya europea, construida sobre
el modelo fundamental de la epopeya clásica. Y, por otra parte,con el respaldo y variadas posibilidades que los hechos de la
Conquista ofrecen al poeta (aunque, en ocasiones, repugne
utilizar este nombre a los autores de epopeyas americanas).
Insisto en que los vínculos que se dan entre las crónicas
y epopeyas primitivas en el Nuevo Mundo, son harto evidentes. Un caso típico, reiterado siempre como ejemplo, es, como
podrá adivinarse, el de las Elegías devarones ilustras de Indias,
de Juan de Castellanos, que suele enfocarse a menudo como
forma de enlace, tanto al estudiar las crónicas de Indias
THESAURUS. Tomo LII. Núms. 1, 2 y 3 (1997). Emilio CARILLA. La épica hispanoamericana ...
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EMILIO CARILLA
T H . LII, 1997
como las epopeyas americanas. No era sólo la materia tratada
la que propendía al acercamiento. De ahí que la sensación de"crónicas en verso" que producen una buena parte de esas obras
sea más bien reflejo del escaso vuelo de los autores. Y no sería
descaminado buscar apoyos críticos para distinguir entre el
Historiador y el Poeta, con un testimonio americano, en las
agudas reflexiones que, en el siglo XVII, escribió Juan de
Espinosa Medrano, "El Lunarejo".
He hablado de la abundancia de epopeyas americanas.
Sin pretender unnúmero equivalente al de las crónicas (difícil pretensión), contamos con un caudal apreciable de poemas épicos. Se reproduce aquí también el caso de la división
que se establece entre las obras publicadas en su tiempo, y las
obras publicadas siglos después. Con el agregado, no raro,
de obras que permanecen todavía inéditas (Y no hace falta
recurrir, en esto, al sector de las epopeyas perdidas oconocidas
sólo a través de títulos o vagos indicios documentales). En
todo caso, la diferencia entre obras editas e inéditas se resuelve,
en las epopeyas, con una proporción de equivalencias menor
a la que observamos en el sector de las crónicas.
Por descontado, estas consideraciones generales no debilitan la elemental comprobación de que se trata, en nuestro
género, de una forma literaria bienrepresentada en lo que al
número se refiere. Y, sobre todo, con proporcionada expansión en los tres siglos coloniales. Asimismo, los tributos del
siglo XVIII coinciden también con la etapa final de su trayectoria. Vale decir que la epopeya americana propiamente
dicha, a su vez materia narrativa de adaptación, recorre un
camino no muy largo. Con su momento de inserción en la
época de la Conquista, conun posterior desarrollo, y, finalmente, con un ocaso sincrónico al de la epopeya europea. Con
otras palabras, los siglos finales de un género, de ilustre origen
y levantada tradición, que se agota en la época del iluminismo.
La epopeya —es bien sabido— alcanzó un especial resurgimiento a lo largo del siglo xvi. Tal situación no supone
dejar de lado la trayectoria y brillo de la epopeya...
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