Un final feliz para los 33
Era la contracara de los balnearios de la zona central –exceptuando la “popular” Viña del Mar–, poco menos que prohibitivos, y del coqueto y poderoso distrito de Las Condes. Pocos meses después, la tragedia posaba sus ojos, ahora, en un grupo detrabajadores de uno de los oficios más peligroso y menos reconocidos del mundo, a pesar de ser de los más lucrativos. Otra vez pusimos, el mundo entero, los ojos en el escuálido país sudamericano. Fueron 17 días de incertidumbre, hasta que el presidente Sebastián Piñera mostró aquel papel escrito por un merecedor del Nobel de Literatura: “Estamos bien en el refugio los 33”, que rememoró al desesperantemensaje del teniente de navío Dmitry Kolesnikov, víctima del submarino ruso Kursk, hundido en agosto del 2000. Decía aquel escrito: “13.15. Todos los tripulantes de los compartimientos sexto, séptimo y octavo pasaron al noveno. Hay 23 personas aquí. Tomamos esta decisión como consecuencia del accidente. Ninguno de nosotros puede subir a la superficie. Escribo a ciegas”. Escalofriante.Esta vez, el poder del papel trajo buenas noticias y comenzó una operación de rescate inédita. Se dijo en un primer momento que recién para Navidad podría concretarse el rescate de los trabajadores. El cálculo del tiempo para realizar un plan de evacuación y las posibilidades ciertas de construir el artefacto adecuado para el rescate fue grosero, justamente, porque nadie sabía a ciencia cierta quéhacer ni cómo ni cuánto demoraría. Las riendas del rescate las tomó el Ministerio de Minería de Chile, cuyo titular, Laurence Golborne, se ha convertido en poco menos que la cara de la proeza. Y, a su vez, tuvo una participación central en todo el operativo la poderosísima Codelco (Corporación del Cobre), empresa del Estado chileno (sí, del Estado), uno de los conglomerados mineros más grandes delmundo. Sus técnicos, ingenieros y especialistas en seguridad se metieron de lleno en la Mina San José, que por ser de mediano tamaño –y buscar oro, no cobre– no estaba entre los yacimientos de Codelco.
Le tocó en ¿suerte? a Piñera ser el presidente de Chile cuando se produjo el derrumbe. Todo salió bien, aunque podría haber salido todo mal. Lo que no se le puede achacar al mandatario –quepara algunos se ha expuesto demasiado y para otros poco–, es que no haya puesto todo el aparato estatal al servicio del rescate. Qué paradoja, le tocó justo al presidente que menos consustanciado con el Estado está; más bien está en las antípodas, por ideología. Y es de los que creen que el Estado debe ser chico, pequeño, para influir lo menos posible en el mercado. Tema que maneja: esmultimillonario y empresario.
MONOTEMA. En casas, bares, redacciones, en la escuela y el trabajo, en todos lados, los mendocinos hablamos y nos solidarizamos con los mineros chilenos. A las 0.10 de ayer, se escucharon gritos de alegría y algún que otro aplauso por los barrios de la ciudad. ¿Qué mecanismos psicológico trabajará para que nos dé alegría algo que no nos afecta y que pasa a muchísimos...
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