Un Viaje Por La Teoría Literaria
Por BARRY JORDAN
En el mundo académico angloamericano, lo que se podría llamar el “consenso crítico tradicional” ha reivindicado como base o eje de la actividadinterpretativa el contacto directo entre texto y lector. La tarea del lector (sea profesor, estudiante, crítico, etc.) consiste en leer tout court, sin que le distraigan asuntos ajenos al acto de lalectura. También, según esta postura ortodoxa, la literatura es considerada como algo que trata de la vida, algo escrito desde la experiencia personal. Es valiosa y, por tanto, vale la pena leerlaporque descubre verdades sobre el período en que se produjo, porque en términos más amplios revela verdades sobre el hombre, la naturaleza humana; en fin, habla de nosotros mismos. En suma, la literaturaes entendida como un comentario, privilegiado y complejo, sobre la experiencia humana, comentario considerado frecuentemente como derivado de las percepciones o intuiciones del autor. También, dentrode esta misma postura, la literatura es considerada como un artefacto autónomo, cuyo valor y autenticidad residen no sólo en las verdades que descubre, sino en su unidad estructural, su coherenciatemática, correspondiéndole al lector reconstruir esas coherencias y continuidades en un tono unificado.
Ahora bien, frente a la teoría contemporánea (estructuralismo…, etc.), la postura tradicionalistase ha resquebrajado: los centros o puntos de referencia tradicionalmente estables –el autor y el texto– han perdido su autoridad, han sido desestabilizados, descentrados; la propia incertidumbre delconsenso crítico ha sido acrecentada por las recientes investigaciones sobre el lector y las prácticas de lectura. Para entender este proceso y para ofrecer una perspectiva accesible aunque esquemáticade las distintas escuelas de esta reciente empresa teórica, nos podría servir como punto de partida la metáfora de una excursión dominical en automóvil, en la que el coche equivale al TEXTO, el...
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