Universalidad de los derechos humanos
La declaración de los derechos humanos tiene como objetivo buscar la paz, libertad y justicia en el mundo. Tal como se afirma en el preámbulo, esos objetivos solo pueden lograrse si se reconoce la DIGNIDAD INTRISENCA y los DERECHOS IGUALES E INALIEANABLES DE TODOS LOS MIEMBROS DE LA FAMILIA HUMANA,puesto que si desconocimiento origina actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad. Si bien ha sido aceptada, y se la considera una norma que dirime asuntos y conflictos en cada país, también suscita discusiones.
La declaración de los derechos humanos de 1948, se aplica a toda la humanidad, pero es cierto también que esta noción, en algunos de sus aspectos es occidental.
CuandoJapón en el siglo XIX empezó a modernizarse, se introdujeron nuevas ideas políticas y legislativas, a falta de un término apropiado hubo que crear una nueva palabra para traducir el concepto de derechos humanos. He aquí el ejemplo de una tradición no occidental en que ese concepto carecía de equivalente.
El derecho a la igualdad, que es uno de los conceptos fundamentales de los derechos humanos, sepropagó por el mundo no occidental en el marco de las relaciones de dominante a dominado, que son de una desigualdad flagelante.
Dos formas de reacción aparecieron entonces en esas culturas no occidentales. La primera fue aprovechar la noción de derecho a la igualdad, para criticar e incluso rebelarse contra la realidad de la dominación occidental. Era un medio eficaz para poner en relieve lacontradicción del mundo occidental, pero al mismo tiempo, equivalía a aceptar los valores occidentales y a encerrarse en otras contradicciones.
Tal dialéctica, si resultaba en último termino aceptable para las elites de los países en desarrollo, que en general han recibido una educación occidental, pero no era necesariamente eficaz para movilizar al pueblo de esos países. Fue así como apareció en lospaíses del Tercer Mundo una segunda forma de reacción, más arraigada de las capas populares y caracterizadas por un nacionalismo profundo que niega la universalidad de los valores occidentales y que, exaltando solo los valores indígenas y tradicionales, se esfuerza por consolidar la existencia cultural y política de su propia sociedad.
Por positiva que sea esta reivindicación, que no se limita aun simple combate contra el imperialismo cultural occidental, no deja de presentar ciertos tipos de peligros, tanto como la afirmación de la universalidad de los valores occidentales.
Ejemplo extremo de ello es la existencia en algunos países en desarrollo de una política gubernamental represiva en lo que respecta a los derechos humanos. Frente a las presiones de los países occidentales o deorganismos internacionales preocupados por defender la universalidad de los derechos humanos, es lógico que esto provoque una reacción de rechazo a un concepto que no le es propio, considerado occidental e inadaptado a su realidad. Con ellos , los principios de independencia popular y de no ingerencia en las política interior, se desvían de su fin, utilizándola para anular las presiones ejercidasdesde el exterior en defensa de los derechos humanos.
Del mismo modo que el universalismo occidental ha servido a menudo, para racionalizar la dominación colonial ejercida por los países occidentales, no es raro que el particularismo no occidental sirva para racionalizar la dominación que sobre el pueblo ejercen quienes controlan el aparato del Estado. Tanto se trata de universalismo occidental comodel indigenismo no occidental, hay que constatar que ambos llevan consigo los gérmenes de los excesos que impiden la realización de los derechos humanos en el plano internacional.
Nunca el principio de los derechos humanos ha estado tan ampliamente extendido, y nunca los pueblos no occidentales han reivindicado tan profundamente su identidad y afirmando tan energéticamente su independencia o su...
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