Varios
Combinación de dos lentes que sirve para ver objetos lejanos y para refutar a Aristóteles.
“El firmamento es eterno, inmutable y sin origen”, había decretado el sabio de Estagira. Galileo se limitó a dar tres conferencias ante mil personas sobre la estrella nueva aparecida en la constelación de la Serpiente. La disputa se exacerbó cuando empezó a escrutar el cielo con suanteojo y a encontrar cosas raras. Primero descubrió las fases de Venus, e hizo notar que ese hecho era la mejor prueba de la hipótesis copernicana. Luego descubrió los satélites de Júpiter, que si bien constituían otra prueba de esa hipótesis eran filosóficamente absurdos: según los aristotélicos un cuerpo en movimiento no podía ser centro de otro movimiento.
El matemático y astrónomo Clavius, deRoma, expresó con sobriedad su opinión sobre el descubrimiento: “Me río de los pretendidos acompañantes de Júpiter”. Otros peripatéticos, más conciliadores, afirmaron que quizá el instrumento mismo producía los satélites; Galileo ofreció diez mil escudos al que fabricara un anteojo tan astuto. La mayoría de los aristotélicos, sin embargo, se negó en redondo a mirar por el tubo, asegurando que novalía la pena buscar semejantes objetos celestes, ya que Aristóteles no los había mencionado en ninguno de sus volúmenes.
En una carta a Kepler decía Galileo: “Habrías reído estrepitosamente si hubieras oído las cosas que el primer filósofo de la facultad de Pisa dijo en mi contra delante del Gran Duque, y cómo se esforzaba, mediante la ayuda de la lógica y de conjuros mágicos, en discutir laexistencia de las nuevas estrellas”.
APEIRÓN
Se nos dice que este imperfecto Universo en que vivimos está formado por una única sustancia que transmuta sin cesar, asumiendo transitoriamente la forma de árboles, criminales y montañas. Como un artista insatisfecho que destruye siempre su obra, este proceso intenta copiar un Universo Fantástico donde el movimiento no existe, un Universo donde está elÁrbol, el Animal, la Justicia, Sócrates, y el Triángulo. Todos estos objetos son inalterables, incorruptibles, porque el tiempo no pasa por ellos, el tiempo que todo lo corrompe y todo lo transforma, el tiempo que quizá es la corrupción y la transformación.
De modo que las cosas, las muertes, los amores del universo cotidiano son como aproximaciones groseras de esos Objetos Fantásticos. Y aunquenunca los hemos visto, creemos que existen en alguna parte. Creemos, por ejemplo, en la eternidad de algo que llamamos al Árbol, que es una idea fija, cristalizada, a la que tímidamente se acerca, con riegos y cuidados, un montón de partículas universales, que antes eran sal, montaña y agua. Este frágil ser vacila y muere antes de haber alcanzado aquel estado ideal, porque parece como si lanaturaleza fuera enemiga de las cosas puras e incorruptibles. Y así la piedra se transmuta en árbol, el hidrógeno en oxígeno, Platón en Aristóteles, el amor en odio, el criminal en santo.
BERKELEY
Cuando el doctor Johnson sintió que los argumentos del Obispo lo estaban metiendo en una maraña, decidió cortar por lo sano, a la acreditada manera de los pragmatistas ingleses: dio un puntapié a una piedra yexclamó:
—Lo refuto así.
De este modo creía certificar que la piedra no era un fantasma perceptual. ¿Pero acaso las piedras de Berkeley no pueden recibir puntapiés? También en sueños podemos golpear una piedra.
No tengo interés en salvar a Berkeley, pero, en prestigio de la inteligencia, solicito mejores argumentos.
BORGES
Las obras sucesivas de un escritor son como las ciudades que seconstruyen sobre las ruinas de las anteriores: aunque nuevas prolongan cierta inmortalidad, asegurada por leyendas antiguas, por hombres de la misma raza, por las mismas puestas de sol, por pasiones semejantes, por ojos y rostros que retornan.
Cuando se hace una excavación en la obra de Jorge Luis Borges, aparecen fósiles dispares: manuscritos de heresiarcas, naipes de truco, Quevedo y Stevenson,...
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