C mo administrar una ilusi n
Es indescriptible el sueño de una fiesta colectiva que la lluvia tropical amenizó, tremendo baldazo de agua que a nadie importó y que acompañó las demandas contra los políticos, los funcionarios y los empresarios corrompidos o que corrompen en una infernal criminalidad. La razón democrática alzándose con el rugido de las masas pidió una nueva legalidad para el paísy la salida del presidente Pérez Molina como condición primera de los cambios que Guatemala necesita.
Hubo momentos que no se olvidarán, como el encuentro de las columnas estudiantiles de la San Carlos, la Marroquín, la Landívar, la del Valle; el ingreso a la plaza de unas mil bicicletas y motos; del grupo de ciudadanos discapacitados; pero también de familias, parejas, grupos de amigos oconocidos que la oportunidad juntó. Nunca ha habido en Guatemala una manifestación de esta magnitud que no se olvidará porque es como un sueño. Y que tendrá efectos estructurales porque es la razón de la historia que cambia sociedades. Estamos de acuerdo en temas mínimos que queremos convertir en consensos amplios.
¿Usan o abusan los ricos del poder fiscal?
En verdad, dicho en un lenguaje máspreciso, el Estado es la concentración del poder de la sociedad, y en virtud de que ella está dividida en clases sociales y es muy desigual, la riqueza está articulada con los que mandan, que son menos pero tienen más. También el Estado se mueve con una dinámica, una función pública, en que los que obedecen, siendo muchos más, tienen menos. Toda la lógica fiscal en esta etapa de transición se mueveen torno a esta contradictoria situación del reparto del poder, de la apropiación de la riqueza, de beneficios políticos. El libro Política fiscal: expresión del poder de las elites centroamericanas está construido sobre esta óptica. El tema abre posibilidades analíticas y por ello constituye un magnífico libro.
En estas sociedades, a la minoría le resulta posible forzar a la mayoría y a loslíderes les es posible dirigir la acción colectiva sin tener el acuerdo de la totalidad porque tienen el control del Estado, y el Estado monopoliza lo que se llaman ‘los recursos de la violencia legítima’. En la teoría política moderna se postula que el derecho a usar la fuerza solo le corresponde al Estado, para que pueda cumplir sus funciones básicas, como mantener la seguridad de la poblaciónciudadana, la integración y la cohesión social, la promoción de la economía, el manejo de la moneda y el crédito, todo ello en favor del bien particular.
Los héroes se mueren pero no se olvidan
Ocuparse de la historia regional es algo nuevo e importante, pues hay aquí un aporte metodológico que enriquece esta modalidad de trabajar un trozo histórico-geográfico del Estado Nacional. Es sabido que laformación del Estado ocurre siempre acompañado con fenómenos de fuerza, con guerras que en todas partes o forjaron la unidad con los militares a la cabeza o rompieron los proyectos nacionales. La dimensión histórica de la violencia pública, según Holden, estuvo presente en múltiples formas de fuerza en Mesoamérica1. La fuerza concentrando el poder político.
Estas guerras de las que se hablaocurren en la segunda mitad del siglo XIX, cuando después de la independencia, hay en algunos sitios voluntades subversivas de autonomía, a veces de la élite criolla local, o grupos de indígenas mestizados, u otros más. En la perspectiva del ángulo regional hay una riqueza potencial y complementaria que vuelve muy rica la crónica de esos períodos.
En la historia de la Guatemala colonial, se alimentaronmovimientos regionales autonomistas, que una vez declarada la independencia dieron paso a serias diferencias políticas y militares sobre el camino a elegir: o la república federal o la nación centralista. En el seno de la debilidad de los lazos vinculantes que produjo la anarquía de las guerras intestinas, ocurrió lo menos deseado para nuestro futuro.
Cómo fabricar un hombre malo...
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