E Tica Y Poli Tica En Arist Art Libro Vers Definit
Patricio Tierno
Ética y política en Aristóteles: bien humano, zōion politikón y amistad
El hecho de que toda teoría política presuponga una perspectiva antropológica,
una determinada concepción de las fuerzas que impulsan el actuar humano, fue señalado
por Carl Schmitt hace ya tiempo. La antropología política “negativa”, esto es, aquella
que supone al hombrecomo “malo” o, en todo caso, lo caracteriza en función de una
naturaleza problemática, contó siempre con el favor de la opinión de Schmitt, quien vio
en las obras de Maquiavelo y Hobbes a los más fieles exponentes de su clase. Sin
embargo, el intento por derivar de la naturaleza del hombre las determinaciones del
orden político tiene un antecedente aún más remoto en Platón. En el libro VIII de laRepública, se conjetura que el origen de las diversas formas de gobierno debe ser
procurado, primeramente, en las costumbres y caracteres de los hombres, y que en la
correspondencia entre las formas del alma y las formas de gobierno se encuentra la
clave de los diferentes tipos de organizaciones políticas (Rep. 445c-d; 544 d-e).
Aristóteles fue, en éste como en otros campos, poseedor de una analíticamás
avanzada, y su teoría política, sustentada en una base ética amplia y elaborada, no
parecería encajar, sin desvirtuarla, en la rígida dicotomía del pesimismo u optimismo
antropológico que Schmitt ideara. Su esfuerzo por salvar la tesis socrático-platónica de
que nadie puede obrar mal a sabiendas, reconduciéndola a una teoría de la
responsabilidad moral fundada en el análisis de las accionesque pueden ser calificadas
de voluntarias o involuntarias1, que puede ser conjugada, a su vez, con la observación
de Platón, antes mencionada, de que el régimen político se adapta a la condición moral
de sus ciudadanos, nos obliga a realizar un nuevo examen del naturalismo político
aristotélico a la luz de su concepto del hombre y de los principios ético-políticos en los
que reposa.
La ÉticaNicomáquea abre, así, con la postulación de un bien humano: “Toda
arte y toda investigación, y del mismo modo toda acción y elección, parecen tender a
algún bien; por esto se ha dicho con razón que el bien (agathón) es aquello a que todas
las cosas tienden” (EN I, 1, ab initio). De manera inmediata, prosigue el razonamiento,
nos damos cuenta de que existen pluralidad de fines, tanto en las actividadescomo en
las obras, sea en las artes, las ciencias o las acciones, por lo que el proceso podría
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V. EN VII, 2 y III, 1.
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Ética y política en Aristóteles
Patricio Tierno
extenderse al infinito (2, 1094a18 y ss.); pero hay que buscar, dentro de esa lista
inagotable y heterogénea, aquel fin (télos) querido por sí mismo, causa de que queramos
las demás cosas que hacemos. Si existe un fin así, esteserá lo bueno y lo mejor, y en
calidad de tal competencia de la ciencia directiva y suma, la política, que al incluir los
fines de las demás ciencias se dirige a la constitución del bien del hombre y tiene a la
acción (práxis, 3, 1095a6) como fin. El carácter inexacto y el horizonte práctico de la
política no impiden, mientras tanto, que nos planteemos correctamente la cuestión: cuál
es esa metade la política y bien supremo de entre los que pueden realizarse que
habremos de dilucidar. Intuitivamente, hay una coincidencia entre la gente sobre su
nombre: felicidad (eudaimonía, 4, 1095a14 y ss.).
Sin embargo, este acuerdo es
meramente nominal, puesto que cuando intentamos precisar en qué consiste, el vulgo y
los sabios responden cosas distintas, situándola unos en la riqueza, el placer olos
honores, otros en alguna otra cosa menos tangible y, aun tratándose de una misma
persona, suele ocurrir que cambie de parecer según las circunstancias le sean o no
propicias. En general, los hombres entienden el bien y la felicidad según los principales
géneros de vida (bíos), esquemáticamente reducidos al número de tres: la del placer
(hedoné), la política (politkós) y la contemplativa...
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