1810 osvaldo soriano

Páginas: 11 (2581 palabras) Publicado: 19 de mayo de 2014
1810
El 22 de mayo por la noche, el coronel Cornelio Saavedra y el abogado Juan José Castelli atraviesan la Plaza de la Victoria bajo la lluvia, cubiertos con capotes militares. Van a jugarse el destino de medio continente después de tres siglos de dominación española. Uno quiere la independencia, el otro la revolución, pero ninguna de las dos palabras serán mencionadas esa noche. Luego de seisdías de negociación van a exigir la renuncia del español Cisneros. Hasta entonces Cornelio Saavedra, jefe del Regimiento de Patricios, ha sido cauto: “Dejen que las brevas maduren y luego las comeremos”, aconsejaba a los más exaltados jacobinos.
Desde el 18, Belgrano y Castelli, que son primos, exigen la salida del virrey, pero no hay caso: Cisneros se inclina, cuanto más a presidir una junta enla que haya representantes de Fernando VII – preso de Napoleón – y algunos americanos que acepten perpetuar el orden colonial. Los orilleros andan armados y Domingo French, teniente coronel del estrepitoso Regimiento de la Estrella, esta por sublevarse. Saavedra, luego de mil cabildeos, se pliega: “Señores, ahora digo que no sólo es tiempo, sino que no se debe perder ni una hora”, dice en laúltima reunión en casa de Nicolás Rodríguez Peña. De allí en más los acontecimientos se precipitan y el destino se juega bajo una llovizna en la que no hubo paraguas flamantes ni amables ciudadanos repartiendo escarapelas.
El orden de los hechos es confuso y contradictorio según a qué memorista se consulte. Todos, por supuesto – salvo el pudoroso Belgrano -, intentan jugar el mejor papel. Lo cierto esque el todo Buenos aires asedia el Cabildo donde están los regidores y el obispo. “Un inmenso pueblo”, recuerda Saavedra en sus memorias, y deben haber sido más o menos cuatro mil almas si se tiene en cuenta que para más tarde, para el golpe del 5 y 6 de abril de 1811, el mismo Saavedra calcula que sus amigos han reunido esa cifra en la Plaza y la califica de “crecido pueblo”.
La gente anda conel cuchillo al cinto, cargando trabucos, mientras Domingo French y Antonio Beruti aumentan la presión con campanadas y clarines que llaman a los vecinos de las orillas. Esa noche nadie duerme y cuando los dos hombres llegan al Cabildo empapados, los regidores y el obispo los reciben con aires de desdén. Enseguida hay un altercado entre Castelli y el cura. “A mí no me han llamado a este lugar parasostener disputas sino para que oiga y manifieste libremente mi opinión y lo he hecho en los términos en que se ha oído”, dice monseñor, que se opone a la formación de una junta americana mientras quede un solo español en Buenos Aires. A Castelli se le sube la sangre a la cabeza y se insolenta: “tómelo como quiera”, se dice que le contesta.
Cuatro días antes había ido con el coronel MartínRodríguez a entrevistarse con Cisneros que era sordo como una tapia. “¡No sea atrevido!”, le dice el virrey al verlo gritar y Castelli responde muy orondo: “¡y usted no se caliente que la cosa ya no tiene remedio!”.
Al ver que Castelli llega con las armas de Saavedra, los burócratas del Cabildo comprenden que deben sustituir a Cisneros, pero dudan de su propio poder. Juan José Paso y el licenciadoManuel Belgrano esperan afuera recorriendo pasillos, escuchando las campanadas y los gritos de la gente. Saavedra sale y les pide paciencia. El coronel es alto, flaco, parco y medido. El rubio Belgrano, como su primo, es amable, pero se exalta con facilidad. Paso es hombre de callar y tramar pero luego tendrá su gesto de valentía.
Entrada la noche, cuando Fench y Beruti han agitado toda la aldea yrepartido muchos sablazos entre los disconformes. Belgrano y Saavedra abren la puerta de la sala capitular para que entren los gritos de la multitud. No hay nada más que decir: Cisneros se va o lo cuelgan. ¿Pero quién se lo dice? De nuevo Castelli y el coronel cruzan la Plaza y van a la fortaleza a persuadir al virrey. Hay un último intento del español que forma una junta incluyendo a Castelli,...
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