2001 Una Odisea En El Espacio
Resulta complicado pero a la vezgratificante comentar una obra que ha servido de inspiración para mí (y seguramente para muchos más) en lo que se refiere a escuchar, analizar y comprender el extraño y mágico mundo de las bandas sonoras. Es complicado por muchos motivos. Primero que todo, por ser una obra de Kubrick. Luego por tratarse de piezas clásicas llevadas a un contexto histórico totalmente apartado de sus génesis. Y porúltimo, cuando algo me fascina de la forma que me fascina esta banda sonora, cuesta decir algo sin sentirse lambiscón.
Como muchas de las películas de Kubrick, “2001” comienza con una obertura. En esta ocasión, una pantalla absolutamente negra (emulando la inmensidad e infinidad del espacio exterior y cuanto sabe el hombre sobre él) sirve de telón de fondo para escuchar la obertura, titulada“Atmospheres” creada por Gyorgy Ligeti. Ésta es una pieza intensa que crea una incomodidad casi incontenible (sientes unas ganas gigantescas de adelantar el disco), pero a la vez mucha ansiedad. Sin duda, esa era la idea de Kubrick y cumple su función a cabalidad.
Lentamente escuchamos las notas de “Thus Spoke Zarathustra”, obra maestra de Richard Strauss. Con sus dos minutos y medio de fanfarria, estapieza evoca toda la magnificencia del espacio exterior. Es así como vemos que una luna inmensa da paso a nuestro planeta Tierra, el cual marca el contorno del sol que se encuentra a millones y millones de kilómetros de distancia. “Zarathustra” aparece en innumerables ocasiones a través de toda la cinta. Es sin duda el hilo conductor de la trama y la sinfonía que marca los puntos más determinantesde la historia. Es por eso que, inteligentemente, Kubrick la singulariza en más de una ocasión dentro del soundtrack.
En la primera parte de la película, titulada “The Dawn of Man” (El Amanecer del Hombre), nuestros antepasados sufren las penurias de una infancia ruda en un mundo inmenso y totalmente fuera de su alcance (tanto mental como sentimental). Aquí escuchamos el “Réquiem” (GyorgyLigeti), una pieza psicodélica que inspira un pavor incomprensible (¿será que uno teme por el futuro de estos desvalidos tatara - tatara - tatara abuelos nuestros?). Luego de este puente de cantos, que más que cantos suenan a llantos, y su ultraeléctrico fondo musical aparece cual Superman por los aires, en respuesta a nuestras plegarias, la claridad y sonoridad de los acordes de “Thus SpokeZarathustra”, dan origen a una de las escenas más recordadas de la historia del cine: uno de nuestros ancestros realiza el ejercicio fundamental que nos separó de todas las criaturas de este planeta. Razonó. Kubrick muestra este pequeño paso para el hombre, pero gran paso para la humanidad de una forma magistral. Nuestro ancestro toma un hueso de un cadáver de animal y se da cuenta que puede golpear conél. Esta acción le abrió el camino al ser humano para someter a las demás especies y a la vez pone en evidencia una de las más sinceras y penosas descripciones del ser humano. Apenas tuvimos la habilidad de pensar, manejamos el exquisito arte de destruir.
“The Blue Danube”, obra de Johann Strauss nos lleva de la Tierra a la Luna. Mientras se escuchan los majestuosos acordes de esta pieza...
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