5 Dias en cosntituci{on

5 días en Cosntitución

Marcelo Pérez



Estaba sentado, tragando con desesperación el último litro de agua que había rescatado de los camiones cisternas. Frente a mí, una hermosa casa de dos pisos, con las paredes moradas y una puerta roja. De pronto otro temblor, el número 3.892 desde el sábado. Las paredes moradas ceden y caen sobre la calle, dejando al descubierto a un hombrede unos 80 años, tirado en el piso, aun estaba vivo, pero tiene la cabeza rota. Gritos, luego carreras, luego manos, cordeles, pero nadie podía llegar a él. El viejo no resiste la desesperación y se lanza, cae sobre su espalda, se revienta las costillas y se termina por romper la cabeza. Lo miro de lejos, no le veo sentido entrar en el tumulto. No llegan las ambulancias, para eso tendría queexistir un hospital funcionando, y acá lo único que funciona es la morgue y los saqueos.

Dos días antes caminaba hacia el único supermercado de la ciudad que aun no era saqueado. De improviso una casa terminó por derrumbarse frente a mí, sin que mediara ningún movimiento. Primero calló el frontis, lo que dejó ver un cuerpo desnudo sobre una cama de metal con un delgado colchón, parecido a un catre decampaña. Sólo pude verlo por unos segundos, porque el techo de la casa calló sobre él. Los bloques de adobe apretaron el cuerpo haciendo que sus venas se reventaran. Su piel se rajó de forma inmediata dejando expuestos los músculos rodeados de sangre. Las tejas le hundieron la cabeza y deformaron su pecho, quebrando todas sus costillas. La cama se partió por la mitad y el adobe de las vigas quesostenían la casa terminó por desmembrar el cuerpo, alejándolo permanentemente de mi vista. Esta escena duró no más de 5 segundos. Sólo quedó un pie a la vista, con las uñas pintadas de rojo. Era la primera vez que veía un muerto, y este en particular murió dos veces; la primera vez lo mató la ola y la segunda vez su propia casa. Por lo menos murió en su cama, las dos veces.

Mis días enConstitución los pasé junto a una familia que había perdido la mitad de su casa. Estaba a dos cuadras de la playa por lo que en las noches nos quedábamos despiertos junto a una fogata en la calle, esperando la próxima ola. Frente a ellos había un café con piernas, el único en la ciudad. En las noches funcionaba de toples; al que acudían principalmente trabajadores de Constitución y sus alrededores.Cuando comenzó el terremoto, el show estaba en su punto cúlmine. Nadie quedo vivo, los dos pisos se desplomaron de inmediato.

Preocupado, el dueño de casa que me recibía, decidió ir a buscar los cadáveres al café, no fuera a ser que algún cristiano estuviera vivo. Empujando los tablones y las tejas encontró a un grupo de muchachas, muertas junto al caño. El vidrio se les había incrustado en lacara, y estaban mutiladas de la cintura para abajo por una pared que les había caído encima. Los hombres estaban de espaldas, como si el desplome los hubiera pillado corriendo hacia la salida. La pared más gruesa les había caído encina, y luego el techo los había rematado aplastándoles los cráneos, y quebrándoles la espalda.

Luego de varias horas de empujar; el viejo logró sacar los cadáveres yponerlos en la mitad del pasaje. Varios quedaron atrapados por días, hasta que llegaron los rescatistas. Las agraciadas niñas del café, algunas colombianas y otras peruanas, esperaron más de un día con sus senos al aire hasta que un camión municipal se las llevó a la Morgue.

¿Qué estaba buscando en esa ciudad mancillada por la tierra y el agua? ¿Cuál era el sentido de estar aquí? ¿Estaba buscandonoticias, muerte, vida, un milagro; o sólo esperando a que la locura se apoderara de los que habían sobrevivido? La muerte caminaba por Constitución con la pachorra de un sheriff del viejo oeste. Vestida de negro, con un sombrero gigante, botas de cocodrilo y espuelas de plata. Había disparado demasiado rápido, y había sido demasiado certera.

El reportear en ese lugar no tenía ningún...