6 EL CONTENIDO DE TU EXPOSICIÓN
6. EL CONTENIDO DE TU EXPOSICIÓN
Toda exposición debe tener, aunque en diferente proporción (dependiendo
del tema, del público y de la finalidad del discurso) argumentos para la
razón, figuras para la imaginación y sentimientos para el corazón.
Los
Argumentos para la Razón deben ser sólidos, bien estructurados,
lógicos y verdaderos.
Un método muy eficaz para la argumentación lógica es aquél que se basa
en contrastar conceptos contrarios para, a partir de ellos, llegar a una
conclusión. Un ejemplo sencillo: si quiero explicar lo que es la luz, me será
muy útil explicar también lo que es la oscuridad. Si quiero explicar lo que
es la libertad, es básico hacerme entender sobre la idea de la falta de ella.
El pensamiento humano asimila muy bien lo que se le presenta en forma
de ideas contrapuestas.
Siguiendo este mismo sistema, a mis argumentos lógicos me conviene,
dentro de mi propia exposición, mencionar los contraargumentos posibles
que mis probables opositores pudieran esgrimir contra mis propuestas. Es
decir, debo incluir en mi discurso los contraargumentos y ahí mismo debo
resolverlos de la manera más convincente a mi alcance.
De esta manera, cuando el opositor ataque mi tesis, su antítesis ya está
refutada y, por ello, debilitada, si no es que anulada, si mi refutación fue
impecable.
La refutación es indispensable en las materias difíciles y cuestionables en
las que no basta haber sentado y probado la verdad, sino que es preciso
disipar la duda y destruir las preocupaciones del auditorio.
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Para poder hacer lo anterior, durante la preparación de su tema el orador
ha de contemplar los argumentos que va a utilizar por todos sus lados. Ha
de apreciar todas sus circunstancias y prevenir las dificultades, para así ...
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