Aaaaaaaa
Camino por Portales, con Bulnes y no encuentro a mis amigos, se me hace de noche, así que decido volver a casa. Veo por la ventana de la micro y solo veo decepción en los ojos de la gente, almas vacías, perdidas, sin rumbo, sin salida de los límites de nuestra ciudad, sin posibilidad de escapatoria alguna, nosquedamos encerrados en nuestra rutina, despertar – cagar-comer-cepillarse los dientes-bañarte-hablar con alguien por internet-ver el último video de la última celebridad-mear-arreglarte para salir-conversar con tu amiga por el video chat de lo que harán en la noche-ir al baño-tomar un café-salir-ir a ver lo que nunca compraras al centro de la ciudad-ir a estudiar-vomitar antes de la prueba oenfermarte del colon-dar la prueba-desestresarte en alcohol-moverte a una mina-irte del bar con la mina-tomar el colectivo-abrir la puerta-entrar a la casa-follarte a la mina-sacarte el condón-descansar-ir al baño a botar el condón-mear-salir del baño-dormir-te despides de la mina…y todo sigue igual que antes. ¿Dónde están nuestro sentimientos humanos? Viendo por la ventana de la micro, se pudrieroncuando cayeron nuestros muros, las contenciones de los siglos pasados, nuestros pudores y como que todo es más excitante. Pero creo que todo era más bien algo familiar, creamos nuestro pudores en nuestra infancia colonial, porque los grandes del norte no querían que nosotros tomáramos algo de idiosincrasia, la televisión nos cegó los ojos, y solo celebramos los talentos estúpidos y deformados paramostrar sexo a los niños de los programas estúpidos como yingo, calle 7 y otras bazofias como esas. Y nuestro niños se volcaron al sexo, sin siquiera tener edad para eso.
Me llaman, es mi polola, me dice que nos juntemos en el centro. Me bajo de la micro y camino, por la Portales pasando por la Mackenna, llegando a la calle, que no recuerdo el nombre, pero si la tienda que existe en ella. Aúnsigue ahí, el viejo mercado municipal de esta ciudad, si, veo un show extraño, un hombre que besa a otro hombre, una horda de pelados acercándose a ellos, los pacos mirando el show de violencia, si y los colectiveros grabándolo todo en sus celulares, lo subirán a youtube, el cachondeo y cualquier otra página interesante para nuestra generación. Mientras golpean a esa pareja, yo me alejo un poco dellugar de los hechos (porque el hecho es que yo soy un poco hippiento para estos pelados xenófobas) ya que no quiero ser herido por estos pelados idiotas. ¿Cuándo fue el momento que dijimos matemos al resto? Si nos da miedo mátenlo, parece ser el dilema, tenemos miedo de vernos a nosotros mismo y nos odiamos a tal punto de odiar al resto.
Llego al punto de encuentro, es aquí, un MCDonals, que...
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