Acarició Hoy a Su Hijo

¿ACARICIÓ HOY A SU HIJO?

Era un día perfecto de primavera. Las madreselvas llenaban el aire con su dulce aroma y la profusión de lilas me alegraba el corazón mientras conducía mi auto por un paseosombreado por los árboles. De pronto, un letrero adherido al parachoques posterior del coche que me precedía arruinó mi serenidad. ¿Acarició hoy a su hijo?,preguntaban desafiantes aquellas letrasrojas.
Me estremecí al recordar mis estridentes censuras de aquella mañana en la cocina. No, claro: no me había mostrado cariñosa con mis hijos ese día. Ni tampoco estaba segura de haberlo hecho al díaanterior.
Como me sentía más monstruo que madre, decidí averiguar que respuesta darían otros padres a la pregunta que tan desazonada me tenía.
Casi todos tuvimos que reconocer que ese día nohabíamos acariciado o halagado a nuestros hijos; a decir verdad,, muchos nos dimos cuenta de que las caricias no entran en nuestras costumbres. Estábamos siempre prontos a criticar a los niños, pero pocodispuestos a alabarlos. Con frecuencia los admirábamos, pero rara vez les expresábamos nuestra admiración. Poco a poco descubrimos tres razones de que, en nuestro comportamiento como padres o madres,tendiéramos a ocultar nuestros verdaderos sentimientos hacia los hijos:
1. Muchísimos de nosotros no sabemos demostrar cariño. No falta quien crea que la caricia es sólo el abrazo o el contacto de lapiel. ¡De ninguna manera!.
2. Quizá nos de miedo acariciar. Algunos padres o madres (sobre todo los primeros) parecen avergonzarse por cualquier demostración sentimental. No obstante, todavía resultamayor el miedo que sienten de “echar a perder” a los hijos con alabanzas.
3. A menudo no hallamos ninguna cualidad digna de alabanza. Desde luego, acariciar a nuestros tiernos nenes no nos cuestaningún trabajo. No es, pues, extraño que en ocasiones los padres nos enfurezcamos al grado de no ver lo bueno por fijarnos en lo “malo”.
Por supuesto, encontrar motivos de alabanza, quizá nos sea...