ACTO PRIMERO Vg
compañero. Para empezar, «¡abraxas, gala, gala, tsé,
tsé!», le quito las moscas. Y, además, un hombre de
mi edad puede ser, en algunos casos, un buen
consejero: podría ser su padre; me contará su
historia. Venga, muchacho, déjese llevar; encuentros
como este son a veces más provechosos de lo que uno
se supone al principio. Ahí tiene el ejemplode
Telémaco, ya sabe, el hijo del rey Ulises. Un buen día
se encontró a un viejo caballero que se llamaba
Mentor, el cual se vinculó a su destino y lo siguió por
todas partes. ¿Y no sabe usted quién era ese Mentor?
Pues era nada menos que... (Lo arrastra hablándole y
cae el...)
TELÓN.
«Las Moscas» - Jean-Paul Sartre. Página - 10
ACTO SEGUNDO
CUADRO PRIMERO
Una plataforma en la montaña. A la derecha,la
caverna. La entrada está cerrada por una gran piedra
negra. A la izquierda, gradas que conducen a un templo.
ESCENA 7ª
La muchedumbre; luego, JÚPITER, ORESTES, el
PEDAGOGO.
Una MUJER.- (Se arrodilla ante su hijito) Ponte bien la
túnica. Ya van tres veces que te la coloco. (Lo cepilla
con la mano) Así. Ya estás limpio. Sé bueno y llora con
los demás cuando te digan.
NIÑO.- (Señalando con eldedo) ¿Tienen que salir por
ahí?
MUJER.- Sí.
NIÑO.- Tengo miedo.
MUJER..- Hay que tener miedo, hijo mío. Terror. Así
es como se llega a ser un hombre honrado.
HOMBRE.- Van a tener buen tiempo.
OTRO.- ¡Afortunadamente! Porque seguro que
todavía son sensibles al calor del sol. El año pasado
llovía, y estuvieron... terribles.
El PRIMERO.- Terribles.
SEGUNDO.- ¡Ay!
TERCERO.- Cuando vuelvan a entrar en suagujero y
nos dejen otra vez solos, en familia, treparé hasta
aquí, miraré esta piedra y me diré: «Ahora ya tenemos
para otro año.»
CUARTO.- ¿Sí? Pues a mí eso no va a servirme de
consuelo. A partir de mañana empezaré a decirme:
«¿Cómo serán el año próximo?» De año en año se
hacen mucho peores.
SEGUNDO.- Cállate, desgraciado. ¿Y si uno de ellos
se hubiera infiltrado por alguna hendidura de laroca
y estuviera vagando ya entre nosotros?.. Hay muertos
que se adelantan a la cita. (Se miran con inquietud)
Una JOVEN.- Si por lo menos pudiera empezar en
seguida... ¿Qué están haciendo los del palacio? No se
dan ninguna prisa. Para mí lo más difícil es esta
espera: estamos aquí, removiéndonos bajo un cielo de
fuego, sin quitar los ojos de esa piedra negra... ¡Ah!
Ellos están ahí, detrás de laroca; esperan como
nosotros, contentos de pensar el daño que van a
hacernos.
VIEJA.- (A la joven) ¡Ya está bien, mala pécora! (A
otros) Todo el mundo sabe lo que le da miedo a esa.
Su hombre murió la primavera pasada y ya va para
diez años que le ponía los cuernos.
JOVEN.- Bueno, ¿y qué? Lo confieso, le engañé todo
lo que pude; pero le quería y le hacía la vida
agradable; nunca se sospechó nada ymurió
dedicándome una dulce mirada de perro agradecido.
Ahora lo sabe todo, le han estropeado su placer, me
odia, sufre. Y dentro de un momento se agarrará a
mí, su cuerpo de humo penetrará en mi cuerpo más
estrechamente que cualquier viviente lo haya hecho
nunca. ¡Ah! Me lo llevaré a mi casa enrollado a mi
cuello como una piel. Le he preparado sus buenos
platos, dulces de harina, una colación comole
gustaba. Pero nada suavizará su rencor; y esta
noche..., esta noche estará en mi cama.
HOMBRE.- Tiene razón, caramba. ¿Qué estará
haciendo Egisto? ¿En qué estará pensando? Yo no
puedo soportar esta espera.
OTRO.- ¡Anda, quéjate! ¿Tú te crees que Egisto tiene
menos miedo que nosotros? ¿Querrías estar tú en su
lugar, di, y pasar veinticuatro horas frente a frente
con Agamenón?
JOVEN.- Horrible,horrible espera. Me parece,
vosotros, que todos os alejáis lentamente de mí.
Todavía no han quitado la piedra y ya cada uno es
presa de sus muertos y está solo como una gota de
lluvia.
(Entra JÚPITER, ORESTES y el PEDAGOGO)
JÚPITER.- Ven por aquí. Estaremos mejor.
ORESTES.- Entonces, ¿estos son los ciudadanos de
Argos, los muy fieles súbditos del rey Agamenón?
PEDAGOGO.- ¡Qué feos son! Fíjese,...
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