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Miao, empleado de una fábrica, tenía sólo 25 años cuando fue apresado junto a otros cuatro amigos más. Ocurrió la nochedel día 4, poco después de que el Ejército irrumpiera con sus tanques en las calles de Pekín y acabara con casi siete semanas de manifestaciones a balazos.
Su detención se produjo después de loscientos -o miles, según algunas fuentes- de muertes de estudiantes y huelguistas obreros que se habían unido en la emblemática plaza de Tiananmen para pedir reformas democráticas al régimen -que no sucaída-, y el fin de la rampante corrupción.
Tras enfrentarse, junto a otros trabajadores, al Ejército, el joven fue acusado de "incendio provocado", por lanzar supuestamente una papelera a un blindado enllamas. En base a ese delito, el régimen le condenó a muerte, pero su ejecución fue suspendida en varias ocasiones y, finalmente, su pena, conmutada. Su salida está prevista para 2018.
"Es un tipointrovertido, muy crítico, muy delgado y alto", recuerda hoy su compañero de celda durante tres años, el artista Wu Wenjian, quien dejó la prisión en 1995 tras ser condenado a seis años por unirse a lasprotestas.
En conversación telefónica con Efe, Wu explica su paso por la cárcel 1 y 2 de Pekín junto a Miao, donde ambos fueron maltratados y tratados "peores que a criminales". Cada día, los presoseran obligados a levantarse al amanecer y trabajar hasta las diez de la noche, en su caso, ensamblando raquetas de bádminton.
Wu recuerda a su compañero de celda como un hombre que "no dejaba deluchar". "Sufría mucho, nunca dejaba de criticar a las autoridades, no aceptaba la pena, se negaba a realizar cualquier trabajo en la cárcel y luego desarrolló hepatitis", cuenta Wu desde su casa en...
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