Adaptación Teatral

A LA DERIVA- HORACIO QUIROGA


- Sentí algo blancuzco, y enseguida la mordedura en el pie se hizo intensa. Di un salto adelante, y junto con un juramente vi una yaracacusú que, arrollada sobre símisma, estaba esperando otro ataque.
Miré a mi pie y vi como dos gotitas de sangre se engrosaban, limpie con mi pañuelo las gotitas y lo até sobre ellas para que dejara de sangrar. Un dolor agudonacía de los dos puntitos violetas, y comenzaba a invadir todo el pie.
El dolor aumentaba rápidamente, con una sensación tirante, de pronto sentí dos puntadas muy intensas que como relámpagos habíanirradiado desde la herida hasta la mitad de la pantorrilla. Movía la pierna con dificultad; una gran sequedad de garganta, seguida de sed quemante, me arrancó un nuevo juramento.

Llegué por fin alrancho y me tire sobre una rueda de tractor que estaba tirada, y vi que esos dos puntos violetas desaparecían ahora en la monstruosa hinchazón del pie entero. La piel parecía adelgazada y a punto deceder, de tensa. Quise llamar a mi hermana, pero mi voz se quebró debido a la garganta reseca.
Cuando pude gritar, nadie aparecía, grite dos veces más y al no ver a nadie, me arrastre sobre un balde conagua, me moje la cara, tome un poco, y me quede unos segundos tendida sobre el piso, queriendo vencer el dolor y así poder seguir mi caminata hasta el otro lado del río y pedir ayuda.

Los doloresfulgurantes se sucedían en continuos relampagueos y llegaban ahora a la ingle. La atroz sequedad de garganta aumentaba a la par. Cuando pretendí incorporarme, un fulminante vómito me mantuvo mediominuto con la frente apoyada en el pasto.
Pero yo no quería morir, y descendiendo hasta la costa subí a la canoa. Me senté en la popa y comencé a remar hasta el centro del Paraná.

Con sombríaenergía, pude efectivamente llegar hasta el medio del río; pero allí mis manos dormidas dejaron caer el remo en la canoa, y tras una nueva puntada, sentí un gusto a sangre en mi boca, y tuve que escupir,...