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En consecuencia, un obersavor racional es capaz de reconocer en todas esos espacios políticos una realidad profundamente oligárquica y corporativa, donde los mecanismos democráticos son remplazadospor prácticas de poder interesado de carácter faccional. En otras palabras, en ese punto de marginación del sorteo y rotacion obligada como garante de participación democrática y principio decontrol del poder presentes en el mundo antiguo, actualmente encontramos en todos los espacios políticos enquistados grupos oligárquicos que configuran facciones tiránicas y corruptas de poder, que nadatienen que ver con la llamada Democracia, y por aplicación de mencanismos no-democráticos.

En ésta línea oligárquica, donde antes había estímulo comunitario de la participación activa de losciudadanos, a través de los valores que representaban a la comunidad así como de estímulos económicos y sociales a la participación general, hoy el escenario político se nos presenta solo vemos despreciode la política, mangoneo, profesionalización y fomentación de élites tiránicas.
La democracia ateniense, estimulaba a toda la comunidad a participar, puesto que ser ciudadano y formar parte activay responsable de las decisiones de la Comunidad representaba ser la prologación superior de la naturaleza humana. Por contra hoy, solo tenemos irresponsabilidad, despotismo y corrupción, y las arcasdel Estado no fomentan la participación de cada ciudadano, sino que están destinadas a sufragar los órganos y las camapañas electorales de los partidos políticos que ocupan el poder, los cuales unavez lo ocupan se reparten suculentas partidas presupuestarias que conducen a la venalidad y a la corrupción. Un escenario, que condce a que los partidos políticos, que cuentan con una base social deapoyo mínimo, y se rigen por una organización clientelar y por el factor de la patrimonialización del poder interno, y actúen como diques de contención frente a la participación ciudadana real. En...