Adoquines

Teniendo 5 majestuosos continentes, 192 diversos países y millones de lugares para elegir, el patio del Colegio María Auxiliadora de Avellaneda era mi preferido.
El inconfundible y extenso pisoadoquinado de un desgastado rojo y blanco, un alto mástil blanco y al menos cuatro árboles fue lo que vi al entrar por primera vez en lo que se convertiría mi escuela.
-Este es el patio donde vas ajugar con otros nenes en los recreos- me dijo mamá sosteniendo mi mano el primer día de clases, -Vas a ver que te va a encantar, cuando era chiquita como vos solía correr por este mismo piso- agregó. Yoaún vacilante y temerosa la despedí con un beso en la mejilla y me uní a mis compañeros de primer grado en una fila encabezada por la señorita Marta quien a pesar de su semblante severo me trasmitióconfianza de inmediato
Los días pasaban y siempre era la misma rutina, despertarme, desayunar con mamá y el abuelo, subirme al micro escolar y jugar con mis amigos, y después finalmente llegar alcolegio donde la señorita Marta nos hacía leer cuentos y hacer unas cuentas que nunca entendía. Entonces sonaba la campana mi sonido favorito del día; sabía que cuando la escuchaba podía salir corriendo delaula y bajar las escaleras blancas de mármol para encontrarme con el patio que me estaba esperando lleno de alumnos con pantalones y polleras tableadas grises.
Cada recreo representaba una nuevaaventura, en ocasiones alternábamos entre juegos clásicos; la mancha, el elástico y el poli-ladri eran algunos de nuestros favoritos, a veces nos dedicábamos a cambiar figuritas y a cantar las cancionesinfantiles de moda, y otras veces nos convertíamos en detectives y nos escabullíamos en los lugares prohibidos de la escuela como los dormitorios de las monjas o detrás de las bambalinas del teatro.Jugábamos y nos reíamos sin cansarnos observados por una enorme imagen de María Auxiliadora que estaba pintada en el corazón de mi patio.
Cuando tocaban las doce, siempre volvía con una sonrisa a...