alain el gentil

Páginas: 5 (1205 palabras) Publicado: 15 de mayo de 2013
Alain el Gentil: Soldado
[Cuento. Texto completo]
Marcel Schwob
Sirvió al rey Carlos VII desde la edad de doce años, como arquero, después de que gente de guerra se lo llevara consigo del llano país de Normandía. Y se lo llevaron de esta manera. Mientras se incendiaba las granjas, se desollaba las piernas de los labradores a cuchillazos y se volteaba a las muchachas en catres de tijera,desvencijados, el pequeño Alain se había acurrucado en una vieja pipa de vino desfondada a la entrada del lagar. La gente de guerra volcó la pipa y encontró un muchachito. Se lo llevaron con sólo su camisa y su atrevido brial. El capitán hizo que le dieran un pequeño jubón de cuero y un viejo capuchón que provenía de la batalla de Saint Jacques. Perrin Godin le enseñó a tirar con el arco y a clavar conlimpieza su saeta en el blanco. Pasó de Bordeaux a Angouléme y del Poitou a Bourges, vio Saint Pourcaín, donde estaba el rey, franqueó los lindes de Lorraine, visitó a Toul, volvió a Picardie, entró en Flandres, atravesó Saint Quentin, dobló hacia Normandie, y durante veintitrés años recorrió Francia en compañía armada, tiempo en el cual conoció al inglés Jehan Poule-Cras, por quien supo cuál erala manera de jurar por Godon, a Chiquerello el Lombardo, quien le enseñó a curar el fuego de San Antonio y a la joven Ydre de Laon, de quien aprendió cómo debía bajarse las bragas.
En Ponteau de Mer su compañero Bernard d'Anglades lo persuadió de que se pusieran fuera de la ordenanza real, asegurándole que los dos se darían la gran vida embaucando a los crédulos con los dados trucados que llaman"cargados". Lo hicieron, sin desprenderse de sus arreos militares, y fingían que jugaban, en la linde del cementerio, junto a los muros, en un tamboril robado. Un mal sargento del juez eclesiástico, Pierre Empongnart, hizo que le enseñaran las sutilezas de su juego y les dijo que no tardarían en ser prendidos, pero que entonces debían jurar con osadía que eran clérigos, para escapar así de lagente del rey y reclamar la justicia de la Iglesia, y para ello, raparse la coronilla y deshacerse con prontitud, en caso de necesidad, de sus gorgueras hechas jirones y sus mangas de color. El mismo los tonsuró con las tijeras consagradas y les hizo mascullar los siete Salmos y el versículoDominus pars. Después, cada uno tiró por su lado, Bernard con Bietrix la Claviére y Alain con Lorenete laChandeliére.
Como Lorenete quería una sobrevesta de paño verde, Alain acechó la taberna del Cheval Blanc en Lisieux, donde habían bebido un jarro de vino. Volvió a la noche por el jardín, hizo un agujero en el muro con su jabalina, entró en la sala donde encontró siete escudillas de estaño, un capuchón rojo y una sortija de oro. Jaquet le Grand, ropavejero de Lisieux, se las cambió muy bien por unasobrevesta como la que deseaba Lorenete.
En Bayeux, Lorenete se alojó en una pequeña casa pintada donde se decía que estaban los baños de las mujeres, y la patrona de los baños no pudo menos que reír cuando Alain el Gentil fue a buscarla para llevársela. Lo condujo hasta la puerta empuñando una vela y con una gran piedra en la otra mano, en tanto le preguntaba si no tenía ganas de que se la pasarapor el hocico para hacerle ver lo rica que era. Alain huyó y en su huida volcó la vela y arrancó del dedo a la buena mujer lo que le pareció una sortija preciosa; pero sólo era de cobre dorado, con una gran piedra rosada de fantasía.
Después Alain anduvo errante y en Maubusson encontró, en la hostería del Papegaut, a Karandas, su compañero de armas, quien estaba comiendo mondongo con otro hombrellamado Jehan Petit.
Karandas llevaba aún su corcesca y Jehan le Petit tenía una bolsa con sus agujetas colgada de su cinturón. La hebilla del cinturón era de plata fina. Después de haber bebido, acordaron los tres ir a Senlis por el bosque. Se pusieron en camino a la tarde y cuando estuvieron en la espesura de la floresta, sin luz, Alain el Gentil fue quedándose atrás. Jehan le Petit caminaba...
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