Alfred

El maestro dotado de un espíritu de observación puede llegar algunas veces, en casos extremos y muy claros, a hacerse una idea justa sobre la capacidad mental de sus alumnos. Yo no pienso que seanecesario insistir mucho sobre los pequeños medios empíricos de los que nos servimos a diario con este objeto. Se tiene en cuenta la vivacidad de espíritu, la claridad de las respuestas, su exactitud ymil otros síntomas. Sin embargo, los maestros se muestran vacilantes y a veces también cometen errores. Diré lo mismo de los padres. ¿Los médicos son acaso más hábiles?, ¿cómo podrían saber si un niñotiene la inteligencia que corresponde a su edad?.
Para saber si un niño tiene la inteligencia propia de su edad o si está retrasado o adelantado y hasta qué punto, hay que disponer de un métodopreciso y verdaderamente científico. ¿La psicología puede ofrecernos este método?. Si no nos lo ha dado hasta ahora, no es culpa suya, porque desde hace veinte o treinta años la cuestión de la medida de lainteligencia no ha dejado de estar a la orden del día.
Pensando en estas cosas se adquiere la convicción de que lo imperfecto del método de los tests mentales se debe principalmente a doscircunstancias. Por una parte, son fragmentarios; sólo se refieren a una o dos facultades y no, sobre todo, a un conjunto. Por otra parte, las facultades mentales de cada sujeto son independientes y desiguales;a poca memoria se puede asociar mucho juicio, y el que ha demostrado un poder de fijación notable en un test de memoria puede ser un notable tonto. Nuestros tests mentales siempre especiales en sualcance, convienen cada uno al análisis de una sola facultad, no pueden dar a conocer la totalidad de la inteligencia. Pero es sobre todo mediante esa totalidad como conocemos el valor de un individuo.Somos un haz de tendencias y el resultado de todas ellas se manifiesta en nuestros actos y hace que nuestra existencia sea lo que es. Por lo tanto, hay que saber apreciar esta totalidad. He...