Anfitrión


Anfitrión

Obra en dos épocas y un tiempo:
retorno al pasado sin retorno.




Alejandra Elena Casuso Campos, grupo 120 del Grado en Estudios de Asia y África Universidad Autónoma de Madrid


Se abre el telón.
La libertad despliega sus alas en su máximo esplendor, la alegría y despreocupación silban al tiempo que danzan,livianas, envueltas por el aliento de los dramaturgos cuyas incandescentes utopías y alocados ideales explotan en un marasmo de magia y auténtico frenesí.
Se cierra el telón.

¿Encerraban acaso algún tipo de verdad la gesticulación o los diálogos que conformaron la representación teatral a la que acabamos de asistir, la cual, aunque brevísima, es más que suficiente para esclarecer laborrosa silueta de la esencia del arte escénico?
¿O por el contrario toda finalidad o meta subyacente (sentido al que de continuo converge su grandilocuente comicidad o dramatismo) no es más que una conjetura formulada por parte de los opositores contra la corriente artística del decadentismo o el ''arte por el arte'' del siglo XIX para dotar de carácter científico a ese ámbito tanpeligrosamente susceptible de escurrirse entre los dedos de las leyes generales?

Como desafortunadamente no existe un corpus de conocimiento, fijo e inmutable, al que recurrir en ningún debate cuando las disparidades amenazan con tornarse detonantes de una lucha entre extremos ideológicamente antagónicos será mejor dejar la respuesta a este dilema libre al juicio forjado por las experienciasprácticas y lingüísticas particulares del lector; quien, como todo sujeto temporal, está capacitado para construir la respuesta más acorde a esa cultura o conjunto de creencias heredadas del contexto comunitario en que nació, que le hace interpretar el mundo y su historia de manera particular.

No obstante, es posible que la hipótesis que elucubra sobre la idea de una lectura escondida enel discurso superficial del diálogo que conforma el guión teatral (construcción tan lingüística como la de la historia) no se halle muy lejos de ser la teoría más acertada a la hora de dar un diagnóstico tras haber sometido a tales obras de género dramático a la operación de la interpretación la cual nos proporciona, no una afirmación objetiva e inapelable, que siempre es imposible, sino una pistaque nos lleve a sus raíces prosaicas, a su razón de ser interpretada ante una comunidad, un grupo selecto de receptores localizados en una época que posee su propia experiencia particular del tiempo... y que, por tanto, desea ver reflejado en el conjunto de la representación esos valores que los identifican como el conjunto cultural, posicionado en la línea del tiempo, que son; que en la RomaClásica de la Edad Antigua bien los identificaban como hombres de actitud pasiva y contemplativa frente al desarrollo reiterativo de la historia escrita previamente por manos divinas, mientras que, por el contrario, en el siglo XVII del Barroco los identificaban como sujetos que ya podían moldear la historia, engarzar y construir los hechos del pasado de acuerdo a sus preferencias ideológicasllegando a colonizar ese pretérito transformándolo en un capítulo más de su genuina Historia Universal.

Por los albores contextuales de Tito Maccio Plauto, que se corresponden con el ámbito cronológico que va del siglo III al siglo II a. C. , en la Roma Imperial, la concepción del tiempo que hacía que la actitud del hombre frente al desarrollo de la historia fuera pasivo era circular, de maneraque quien se embarcase en la tarea de recorrer su camino labrado por entidades trascendentales heredadas de la mitología griega, acabaría regresando al punto de partida continuamente; a un pasado que al ser no sólo salida sino también meta, es presente. O, por lo menos, era el título del guión que los habitantes del Mundo Terrenal debían estudiar con el fin de descubrir entre sus líneas los...