antologia

El lepidopmac (cuento)
Cientos de parejas aguardan su turno. Da gusto verlas porque no son comunes. Es evidente que se aman. Y no porque vayan de la mano o se miren con ternura, sino porque sería absurdo estar de pie tantas horas si no portasen las pruebas que lo acreditan. El letrero, donde inicia la fila, anuncia: “Pagamos 20 gramos de oro por mariposa”.


Se sabe que el método es indoloroy que cada estómago enamorado alberga entre 10 y 15 especímenes. Además, el intervenido puede generar nuevas mariposas al cabo de una semana. Sin embargo, existe un inconveniente. Con frecuencia, sólo uno de la pareja las porta, demostrándose que no es correspondido. El drama es inevitable. cuentos
Los detractores del doctor Lorca, inventor del Lepidopmac (aparato para cazarlas), lo tildan de“anti-romántico”. Unos, por ponerle precio a los sentimientos más nobles. Otros, por llevar al abismo a tantas parejas correctamente constituidas. Ni los oye. No hay tiempo. Su amada aguarda la sentencia. Cuando el número de mariposas iguale al de personas, Lorca las soltará. Confía en que nadie querrá sostener un fusil.











La pata de mono(novela literaria)
El sargento Morris,ausente en la India por veintiún años, viene una noche de visita a casa de su amigo, el señor White. Durante la comida, el dueño de casa le pide que le cuente esa extraña historia de la pata de mono de la que alguna vez le había hablado. Morris parece reticente a tratar el tema, lo cual despierta la curiosidad de la señora White y de Herbert, hijo del matrimonio. De mala gana el sargento extrae delbolsillo un desagradable objeto, una patita disecada. -¿Qué tiene de extraordinario? -inquiere el señor White quitándosela a su hijo, para examinarla. Morris cuenta que un viejo faquir le infundió poderes para demostrar que nadie puede escapar ni oponerse al destino sin pagar las consecuencias. La pata encantada concede tres deseos.
Herbert le pregunta si él alguna vez los pidió, a lo que elotro, palideciendo le responde que lo hizo y que se cumplieron; por su expresión se ve que hubiera preferido no haberlo hecho. Cuenta que un hombre, después de pedir los dos primeros en el tercero pidió la muerte; de esa manera la patita llegó a sus manos. Su posesión le horrorizaba pero no había podido deshacerse de ella; si la vendía temía causar más desgracias. Se quedó en silencio, y luego en unarranque súbito, arrojó la patita al fuego de la chimenea. Con un rápido gesto White la rescata, pese a que Morris le advierte que no lo culpe de lo que pueda suceder. La guarda mientras su hijo con sorna le dice que sin duda podrán hacerse millonarios, famosos, felices por siempre. El señor White, examinándola, se percata de que no se le ocurre nada qué pedirle. Que tiene todo lo que desea. Suhijo le recuerda que tiene la hipoteca de la casa, podría pedir doscientas libras.
El padre, medio avergonzado, levantó la pata y pidió: -Quiero doscientas libras – y luego, con un grito soltó la pata al tiempo que su mujer y su hijo corrían hacia él. -Se movió -dijo -¡Se retorció en mi mano!
A la mañana siguiente, desayunando, se rió de sus temores. La pata, arrugada y sucia, no parecía terrible.Herbert, haciéndole una broma sobre lo mismo, se levantó para partir a su trabajo. La madre riéndose lo acompañó hasta la puerta y lo miró mientras se alejaba.
Esa tarde, un hombre bien vestido llamó a la puerta. La señora White lo hizo pasar. Éste dijo que venía de parte de la compañía donde trabajaba Herbert. Traía terribles noticias, su hijo había sufrido un fatal accidente, mientrastrabajaba lo agarraron las máquinas. La compañía le encargaba expresarles sus condolencias y hacerles entrega de una suma de dinero por los servicios prestados. Cuando el señor White escuchó que doscientas libras, sin oír el grito de su mujer, se desplomó, desmayado.

III
Pasaron los días. Los viejos casi no se hablaban, sus días parecían interminables. Una semana después, el llanto de ella...