Apertura de Telecomunicaciones



MATERIA
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

TEMA:
CAFTA, APERTURA DE TELECOMUNICACIONES





INTRODUCCIÓN

La identidad del costarricense, o sea, el desarrollo de la mentalidad costarricense ha ido construyéndose en el “enmontañamiento”. Es necesario instalarse en la periferia, allá en el San Juan o en el Valle de El General, por ejemplo, y mirar hacia arriba, para disponer de laperspectiva desde la cual percatarse de lo ásperas que son las montañas en que viven los costarricenses. El habitante “urbano” de San José ya empieza a perder la noción del espacio natural, y el turista, si solo se mueve en la capital, no conoce el país. Además, para subir hasta el Valle Central, no basta con subir, como sucedería si fuera una meseta de pendientes uniformes. Hay que “subir ybajar’ muchas veces. El camino serpea por los flancos de las montañas, cruzando continuamente vaguadas y aprovechando desfiladeros.
Esta condición de terreno tan quebrado ha producido, desde el siglo XVII, una población aislada: aislada respecto al exterior, por lo penoso de las comunicaciones: aislada en forma interna, de un valle al otro. En el libro “El sitio de las abras”, el escritor Fabián Doblesexpone cómo la tierra ha sido la génesis de la identidad del “tico”, de ese ser que voltea la montaña para construir su hogar. La condición es cultivar el terreno para la producción de alimento. Por ejemplo, así también lo expresó el escritor Herrera: “Hacia el centro de la selva la tierra se acurrucaba píamente. Allí clavó cuatro horcones —cedro, chirraca, níspero y tres- huevos—, los entechóde paja y encendió el fogón. ‘Su casa’!”. (Herrera, 1978: p.32).
¿Y por qué se enmontañaron en los siglos XVII y XVIII los costarricenses?
Indudablemente, el enmontañarse solo muestra sentido desde fuera de la montaña, Puede darse una atracción positiva de la vida en montaña por sí misma, pero como búsqueda de una forma de vida que precisamente no sea la del bajo.
Lo más obvio es contraponervida agreste y vida urbana. Sería fácil hacer toda una teoría general de “lo selvático” como proceso de autentificación frente a lo urbano y sería también muy fácil el estudiar los casos bien conocidos: la ruralización de la Roma de Occidente, la exaltación del ‘buen salvaje”, etc.
Pero sería probar demasiado. Más que una oposición a toda vida urbana, hay que buscar el sentido concreto de lo quedejaban y de lo que buscaban aquellos hombres del XVII y del XVIII en este pequeño rincón del mundo.
Tengamos en cuenta que, salvo raras casualidades, no se ha dado la emigración directa de España a Costa Rica. Aquellos emigrantes lo eran “por carambola”. Llegados a Panamá o sobre todo, a León de Nicaragua, tenían ante sí dos opciones: seguir viaje hacia la gran empresa, el Perú, y aspirar a lagran riqueza, o establecerse. La mayoría optaba por lo primero. Algunos, pocos, lo segundo. De ahí, los núcleos mismos de León y Panamá.
Pero la sociedad española del XVII y XVIII era exigente con sus componentes. Por supuesto, exigente en las costumbres y modas; exigente en impuestos y alcabalas; y muy exigente en control eclesiástico.
El hombre que pretendía vivir tranquilo, tenía entoncesante sí la tentación de aquellas montañas, bellas y lejanas, de valles fecundos de clima primaveral. Este “vivir tranquilo” implicaba renunciar a las grandes ambiciones, a la fortuna rápida mediante las minas o las grandes plantaciones, pero tenía el aliciente de la libérrima vida abriendo montaña”. (Láscaris: 1985, p. 34).
El recaudador de contribuciones y el cura que pasaba lista a la misaobligatoria, allá en León, concretaban de manera constante, obsesiva, la vida obligada del ser igual que los demás. Y entonces los rebeldes se enmontañaban.
Pero no se trataba de rebeldías aparatosas. Ni eran cuestiones doctrinales.
No hace falta estudiar doctrinas anarquistas, para echar en falta el sosiego que da el vivir pacífico lejos de autoridades y jerarquías: El comerse el propio pan...