arciniegas

Del Caribe y su prole fabulosísima
Arciniegas entre la historia y la biografía

Ivonne Suárez Pinzón, Universidad Marc Bloch, Strasbourg
Christoph Singler, Universidad de Besançon

Cuando en 1943 Germán Arciniegas emprende su Biografía del Caribe, los estudios de la región están todavía en pañales. Por cierto, existe bibliografía abundante : historia de Jamaica, historia de Haití, etc.,las más de las veces en francés o inglés. Pero Arciniegas no dispone de visión de conjunto, salvo quizás un título, hoy día caído en desuso, publicado en 1940 en Indianapolis1. Digamos que se lanza solitario a la mar procelosa, audaz y sin otra brújula en su maletín de marinero novato que las muchas biografías de piratas, conquistadores, banqueros, aventureros de toda laya y damas de livianascostumbres, amén de las crónicas españolas de rigor, que abarrotan la bibliografía.
En rigor de verdad él mismo se ha desconectado de los avances que en estos años se están realizando. Apenas si Arciniegas incluye Contrapunto del tabaco y el azúcar, una de las obras principales de Fernando Ortiz, para la que Malinowski escribe un prefacio dedicado al novedoso concepto de transculturación. En cambio,Arciniegas no parece haber leído ni a Jean Price Mars ni a Melville Herskovits, otros autores que preparan el terreno para los estudios caribeños de la segunda mitad del siglo2. Al centrarse en la cultura afroamericana, estos antropólogos abren el debate sobre el mestizaje y la multiculturalidad de las islas. Hoy en día, cabe recordarlo, no se concibe la historiografía caribeña sin perspectivaantropológica.
Ahora bien, Arciniegas no es historiador profesional ni mucho menos. Escritor al fin y al cabo, su pluma se guía por la intuición antes que por conceptos abstractos. De allí que su método – si es que reivindica tenerlo – esté en el estilo, logrando vistas panorámicas a golpe de detalles siempre elocuentes y dejando contra viento y marea una estela rectilínea. El relato, ésta podríaser la idea, muestra la violencia del choque de estrategias y culturas múltiples que se van cruzando a lo largo de la historia caribeña; implícitamente se opone a la construcción científica, que al racionalizar los hechos como tales tiende a justificarlos. Dice Antonio Benítez Rojo, en La isla que se repite, que "los principales obstáculos que ha de vencer cualquier estudio global de lassociedades insulares y continentales que integran el Caribe son, precisamente, aquéllos que por lo general enumeran los científicos para definir el área: su fragmentación, su inestabilidad, su recíproco aislamiento, su desarraigo, su complejidad cultural, su dispersa historiografía, su contingencia y su privisionalidad... Ocurre que el mundo contemporáneo navega el Caribe con juicios y propósitossemejantes a los de Cristóbal Colón".3 Pongamos pues que el relato puro pondrá en tela de juicio los prejuicios que rechaza Benítez Rojo.
Pero el "anti-método" no quita que Arciniegas adopte un punto de vista que debemos analizar con algún detenimiento en esta "prosa de prisa". ¿Qué motivaciones tendría un colombiano para interesarse por el Caribe? A no ser que enfocar el espacio caribeño supone volver aabrir la herida panameña, mal restañada todavía, el tema parece sin interés para un país que en estos años 40 todavía sigue empecinado en negar la cultura de su costa atlántica. Algo se colige al abrir Germán Arciniegas. Cien años de vida para contar, dos volúmenes de textos autobiográficos publicados hace poco.4 Allí Arciniegas evoca sus ancestros cubanos (mambises, evidentemente), entre loscuales destaca Pedro Figueredo, el compositor de la Bayamesa. Quizás se construya, a través de esta Biografía del Caribe, una suerte de novela de familia, en el sentido que le dio Marthe Robert, alrededor de la idea principal del libro que es la conquista de la libertad. Tampoco insistamos demasiado en este entronque fantasmático. Sin embargo, la motivación existencial permite explicar el trueque...