Arthur rimbaud

Páginas: 34 (8366 palabras) Publicado: 12 de diciembre de 2010
Iluminaciones

Arthur Rimbaud

ARTHUR RIMBAUD

ILUMINACIONES
DESPUÉS DEL DILUVIO Tan pronto como la idea del Diluvio se hubo serenado, Una liebre se detuvo entre las esparcetas y las campanillas móviles y dijo su plegaria al arco iris a través de la tela de araña.

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Iluminaciones

Arthur Rimbaud

¡Oh!, las piedras preciosas que se ocultaban, - las flores que miraban ya. En laancha calle sucia se alzaron los tenderetes, y arrastraron las barcas hacia el mar escalonado arriba como en los grabados. La sangre corrió, en casa de Barba Azul, - en los mataderos, - en los circos, donde el sello de Dios palideció las ventanas. La sangre y la leche corrieron. Los castores construyeron. Los «mazagranes» humearon en los cafetines. En la casona de cristales, todavía chorreante, losniños de luto contemplaron las maravillosas imágenes. Una puerta crujió, - y en la plaza de la aldea, el niño hizo girar sus brazos, comprendido por las veletas y los gallos de los campanarios de todas partes, bajo el resplandeciente aguacero. Madame *** instaló un piano en los Alpes. La misa y las primeras comuniones se celebraron en los cien mil altares de la catedral. Partieron las caravanas. Yel Splendide-Hôtel fue edificado en el caos de hielos y noche polar. Desde entonces, la Luna oyó gimotear a los chacales por los desiertos de tomillo, - y a las églogas en zuecos gruñir en el huerto. Luego, en el oquedal violeta, lleno de brotes, Eucaris me dijo que era la primavera. - Mana, estanque, - rueda, Espuma, sobre el puente, y por encima de los bosques; paños negros y órganos, -relámpagos y trueno, - subid y rodad; - Aguas y tristeza, subid y reanimad los Diluvios. Porque desde que se disiparon, - ¡oh las piedras preciosas enterrándose, y las flores abiertas! - ¡qué aburrimiento!, y la Reina, la Bruja que enciende su brasa en la olla de barro, nunca querrá contarnos lo que ella sabe, y que nosotros ignoramos.

INFANCIA I Este ídolo, ojos negros y crin amarilla, sin padres nicorte, más noble que la fábula, mexicana y flamenca; su dominio, azur y verdor insolentes, corre sobre playas nombradas, por olas sin bajeles, de nombres ferozmente griegos, eslavos, célticos. En la linde del bosque, - las flores de ensueño tintinean, estallan, relumbran, - la muchacha de labio de naranja, con las rodillas cruzadas en el claro diluvio que surge de los prados, desnudez queensombran, atraviesan y visten los arco iris, la flora, el mar. Damas que dan vueltas en las terrazas vecinas al mar; infantas y gigantas, soberbias, negras en el musgo cardenillo, joyas alzadas sobre el suelo feraz de los bosquetes y de los jardincillos deshelados, - jóvenes madres y hermanas mayores de miradas llenas de peregrinaciones, sultanas, princesas de andares y atuendo tiránicos, pequeñasforasteras y personas dulcemente desdichadas. Menudo aburrimiento la hora del «querido cuerpo» y «querido corazón». II Es ella, la pequeña muerta, detrás de los rosales. - La joven mamá difunta baja la escalinata. - La calesa del primo rechina en la arena. - El hermano pequeño - (¡está en las Indias!) ahí, ante el crepúsculo, sobre el prado de claveles. - Los viejos que han enterrado totalmente tiesos enla muralla de los alhelíes.

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Iluminaciones

Arthur Rimbaud

El enjambre de hojas de oro rodea la casa del general. Están en el sur. - Se sigue el sendero rojo para llegar al albergue vacío. El castillo está en venta; las persianas están desprendidas. - El cura se habrá llevado la llave de la iglesia. - Alrededor del parque, las casetas de los guardas están deshabitadas. Lasempalizadas son tan altas que sólo se ven las cimas rumorosas. Además dentro no hay nada que ver. Los prados suben hacia las aldehuelas sin gallos, sin yunques. La esclusa está levantada. ¡Oh los Calvarios y los molinos del desierto, las islas y las muelas! Zumban flores mágicas. Los taludes le mecían. Circulaban animales de una elegancia fabulosa. Las nubes se agolpaban sobre la alta mar hecha de una...
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