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Los días de la hegemonía europea estaban contados (USA destruyó a España, Japón a Rusia). Los Estados históricos europeospodían verse superados por el “club de las potencias mundiales”, losestados de dimensión continental como Estados Unidos y Rusia y las naciones europeas capaces de de establecer y explotar imperios dealcance mundial.
En 1900 el único Estado con este poderío mundialera Gran Bretaña. Pero le estaba dando alcance Alemania, en rápida expansión económica e industrial. Su producción de carbón,hierro y acero había superado a la británica y estaba iniciando unanueva revolución industrial basada en la electricidad, derivados del petróleo y los productos químicos industriales.
Elcrecimiento alemán generaba preocupación en Francia, país sacudido porconflictos y cuya población parecía estancada. En esa época, en el que los ejércitos se basaban en reclutamiento universal, la poblaciónera indicador de la potencia militar. La salvación de losfranceses, alianza con Rusia, con gran población pero militarmente poco significativa sin un buen desarrollo de su industria y sistemaferroviario. La derrota con Japón puso en marcha una serie dereformas militares y económicas, financiada por los franceses (inquietud en Alemania).
La situación interior preocupaba a Alemania, laindustrialización había sido más rápida, por ende más conflictossociales. La creciente influencia de la clase obrera urbana alarmaba a los industriales que los empleaban; también a la población a lapoblación agraria católica del sur –les desagradaba laurbanización- y a los Junkers, terratenientes del este.
Para el gobierno, el antisocialismo era una buena consigna propagandística parareclutar aliados políticos. También lo era una política extranjera“de avance”. Afirmarse en el exterior para conseguir la unidad en el interior. Una inestable combinación de arcaismo feudal y de dinámica... [continua]
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