astraken

R evista Iberoamericana, Vol. LXXII, Núms. 215-216, Abril-Septiembre 2006, 663-673

RAMÓN DÍAZ ETEROVIC Y LA GENERACIÓN DEL 80 EN EL PANORAMA DE
LA NARRATIVA CHILENA ACTUAL. ENTREVISTA
POR

GUILLERMO GARCÍA-CORALES
Baylor University

Ramón Díaz Eterovic (1956) es uno de los más prolíficos representantes de la llamada
Nueva Narrativa Chilena. Ha incursionado con éxito en el cuento, lapoesía y la novela,
logrando una excelente recepción crítica y varios galardones literarios tanto en su país
como en el extranjero. Díaz Eterovic se destaca sobre todo por ser el principal exponente
de la novela negra o relato neopolicial en Chile.
Ha publicado los libros de poemas El poeta derribado (1980) y Pasajero de la
ausencia (1982); los volúmenes de cuentos Cualquier día (1981),Obsesión de año nuevo
(1983), Atrás sin golpe (1985) y Ese viejo cuento de amar (1990); y las novelas La ciudad
está triste (1987), Solo en la oscuridad (1992), Nadie sabe más que los muertos (1993),
Ángeles y solitarios (1995), Correr tras el viento (1997), Nunca enamores a un forastero
(1999), Los siete hijos de Simenon (2000), El ojo del alma (2001), El hombre que pregunta
(2002) y El color de lapiel (2003). Su trabajo novelístico ha sido publicado en Chile,
España, Argentina, Italia, Portugal, Croacia, Holanda, Francia y Alemania. Es coautor,
con el escritor Diego Muñoz Valenzuela, de las antologías Contando el cuento. Antología
joven narrativa chilena (1986), Andar con cuentos. Nueva narrativa chilena (1992),
Cuentos en dictadura (2003) y autor de la antología Crímenes criollos.Antología del
cuento policial chileno (1994). Fue director de la revista de poesía La gota pura (19811995) y Presidente de la Sociedad de Escritores de Chile (1991-1993).
Entre los galardones que ha recibido Díaz Eterovic se destacan el Premio del Consejo
Nacional del Libro y la Lectura (1995) y el Premio Municipal de Santiago, Género Novela
(1996 y 2002) por las novelas Ángeles y solitarios y Elojo del alma respectivamente, el
Premio Anna Seghers (1989) concedido por la Academia de Arte de Alemania y el Premio
Las Dos Orillas (2000) del Salón del Libro Iberoamericano de Gijón, España, por la novela
Los siete hijos de Simenon.
Este diálogo con Ramón Díaz Eterovic, que se inició en Santiago de Chile el segundo
semestre del año 2004 y se completó a principios de 2005, forma parte deun proyecto de
investigación realizado con el auspicio del Comité de Investigación y el Instituto de
Historia Oral de Baylor University. Colaboraron Lila Cole McDowell y Farrah Rajabi.
GUILLERMO GARCÍA-CORALES: ¿De qué forma la narrativa chilena de la década de los
90 y de los primeros años del siglo veintiuno ha contribuido al debate cultural de la nación?

664

GUILLERMO GARCÍA-CORALESRAMÓN DÍAZ ETEROVIC: Me cuesta visualizar la existencia de un debate cultural al
interior de la sociedad chilena y, por lo tanto, me resulta difícil opinar sobre la contribución
de la narrativa a ese posible debate. A lo más, en el ámbito literario, se han dado algunas
breves escaramuzas respecto a la existencia y alcances de algo que en su momento recibió
el nombre de Nueva NarrativaChilena y cuyo análisis no fue más allá de los factores
editoriales que le dieron vida al inicio de los años 90.
Sin perjuicio de lo anterior, si algún aporte puede derivarse de la narrativa que se
escribe en los 90 –específicamente la relacionada con la llamada Generación del 80 o
Generación del Golpe, la cual comprende a escritores nacidos entre los 50 y 60– es la
relación con la configuración dela memoria histórica del país y la descripción de la
atmósfera social de la dictadura y sus años siguientes. Al menos, en la primera etapa de
publicación de los autores de esta generación se evidencia el afán de recrear o testimoniar
el negro capítulo de la dictadura y sus secuelas. Hechos horribles, como los contenidos en
el informe reciente de la Comisión Nacional Sobre Prisión Política...