Atmosferas/Zumthor

 
 

ATMÓ
ÓSFERAS
El títu de la ch
ulo
harla, Atmo
osferas, dim
mana de lo siguiente: hace ya m
mucho tiempo
que me interesa – pues, naturalmen
m
a
n
nte, me ha de interes – qué e la calidad
sar
es
propia
amente arquitectónic Me resulta relativ
ca.
vamente fá
ácil decirlo la calidad
o:
arquit
tectónica no es, para mi, ser incl
m
luido entre los lideres de la arqu
suitectura, que
te pub
bliquen, etc Para mi la realidad arquitectón
c.
l
nica solo pu
uede tratar de que un
rse
edificio me conm
mueva o no. ¿Qué di
n
iablos me conmueve a mi de e
este edificio?
¿Cóm puedo pr
mo
royectar alg así? ¿Có
go
ómo puedo proyectar algo similar al espac
o
cio
de est fotografí (que, par mi, es un icono pers
ta
ía
ra
n
sonal)? Nunca he visto el edificio–
o
o
de hecho, creo que ya ni ex
q
xiste – y, con todo, me encanta se
eguir mirán
ndolo. ¿Cóm
mo
puede proyecta
en
arse cosas con tal presencia, c
s
p
cosas bella y natura
as
ales que m
me
conmuevan una y otra vez? El concept para des ignarlo es e de ‘atmó
to
el
ósfera’. Todos
lo con
nocemos muy bien: ve
m
emos a una persona y tenemos una prime impresión
a
era
de ellHe aprendido a no fiarme de esa primer impresió tienes q darle una
la.
ra
ón;
que
oportunidad. Aho soy un poco más viejo, debo decir que vuelvo a quedarme con
ora
la pri
imera impresión. Alg parecido ocurre c
go
o
con la arquitectura. Entro en un
edificio, veo un espacio y percibo una atmosfera, y, en deci
e
imas de segundo, tengo
una sensación de lo que es La atmos
s.
sfera hablaa una sens
sibilidad em
mocional, una
perce
epción que funciona a una increíble velo
ocidad y qu los ser
ue
res humanos
tenem
mos para sobrevivir. No en to
s
odas las s ituaciones queremos recapacit
s
tar
duran mucho tiempo sobre si aquell nos gusta o no, sobre si debem o no sa
nte
t
lo
a
mos
alir
corrie
endo de ahí Hay algo dentro de nosotros q nos dice enseguid un montóní.
que
da
de co
osas; un entendimie
ento inmed
diato, un contacto inmediato, un rechazo
inmed
diato. Algo bien distint de ese otro pensam
to
o
miento idea que noso
al
otros también
posee
emos y que también me gusta: pa
m
asar mentalmente de la A a la B d una form
de
ma
orden
nada. Natur
ralmente, conocemos bien la res
c
spuesta en el ámbito d la músic
de
ca.
En el primermovimiento de la sonata de viola de Brahms (S
e
e
Sonata n° 2 en mi bem
mol
mayor para viola y piano), cuando entr la viola, e un par d segundos ya está ahí,
a
c
ra
en
de
y no sé bienpor qué. Y algo parecid ocurre también en arquitectura. No tan
r
do
poder
rosamente con en la mas grande de las ar
m
es
rtes, la música, pero también es
stá
ahí. Para que ve
P
eáis que quierodecir con esto, le
eeré algo q tengo e
que
escrito en mi
cuade
erno de notas sobre es tema. “Es jueves s
ste
“
santo de 20
003. Aquí es
stoy, sentado
en un plaza al sol, un gra soportal, largo, alto hermoso bajo el so La plaza –
na
an
o,
o
ol.
a
frente de casas, iglesia, monumentos – como u panoram ante mis ojos. A mi
e
,
m
s
un
ma
espalda la pared del café. La justa de
densidad de gente. Un mercado d flores. Sol.
de
ra
nte
mbra, de un apacible c
n
color azulad
do.
Las once. La car de enfren de la plaza en som
os maravillo
osos: conversaciones cercanas, pasos en la plaza, e la piedr
en
ra,
Ruido
pájaro ligero murmullo de la multit
os,
m
d
tud, sin coc
ches, sin es
strépito de motores, de

 
 

vez en cuando ruidos leja
anos de un obra. Me figuro que el com
na
mienzo de l
las
vacaciones ya ha ralentizad los pasos de la gen Dos mo
a
do
nte.
onjas – esto es de nue
o
evo
real, no me lo es
n
stoy inventa
ando –, dos monjas cr
s
ruzan la pla gesticul
aza
lando, con un
andar rápido, su tocas ondean ligera
r
us
amente, cad una de ellas lleva una bolsa de
da
plástico. La tem
mperatura: agradablem
a
mente...