Bachillerato En Ciencias Sociales

La verdad del amor

ROMA

Así comienza mi historia… todo empezó hace más o menos un año, en el corazón de una ciudad que se la conocía como “La reina de la noche”.
Una chica llamada Ana, muy bella y refinada, de sólo veinticinco años, venía de una familia muy adinerada, ya que su padre era un empresario muy reconocido en el ámbito. El dinero poco le importaba a ella; era demasiado humilde enese sentido. Se había graduado a los veintitrés años y desde entonces vivía sola en un departamento en el centro de la ciudad, debido a que a pesar de ser tan joven, se había recibido con honores y era una empresaria con mucho futuro.
Todas las noches, frecuentaba bares o boliches con sus amigas; la resaca no era lo único que se llevaba consigo al terminar la fiesta, siempre se llevaba un hombrea su casa, pero lo que no sabían éstos era que eso jamás iba a durar más de una noche o ser sólo una aventura. Odiaba los compromisos…
Un día, al despertarse, la resaca no se iba, el dolor y los vómitos estuvieron presentes toda la semana. Muy testaruda, ignoró estos síntomas, pero su cuerpo no aguantó y se desplomó; la internaron y descubrieron lo peor: tenía cáncer.
En este momento aparecíyo, un joven llamado Bautista. Era el Psicólogo personal de algunos pacientes en estado crítico y no dudaron en darme a Ana para que empezara el tratamiento de inmediato.
Recuerdo que ella empezó contando a sus amigas, lo que le estaba pasando, realizó una cena como era habitual en ella y en medio de risas lo dijo tomándoselo con mucha calma hasta incluso, con gracia. Sus amigas quedaron perplejas,pero lo ocultaron abrazándola y complaciéndola en todo. Luego, le esperaba contarles a sus padres, en el instante en que lo dijo, María, su madre, no paró de llorar y Ricardo, su padre, no dejó de hablar del dinero, de cosas tales como que quería que la trataran los mejores médicos de todo el país. Lo único que genero eso fue otra pelea entre ella y su padre.
La primera vez que la vi fue algomuy normal, como ver a cualquier otro paciente; ella entró y rompió el hielo con chistes sobre lo que estaba pasando, hasta, coqueteando conmigo. Yo no podía entender que una persona que estuviera en ese estado tan avanzado del cáncer, se comportara de ese modo, tan frívolo. Mi primera impresión fue que era una especie de escudo que ella tenía para no mostrar lo mal y lo asustada que se sentía…
AAna no le interesaba hacer el tratamiento y no contó sobre su enfermedad en su trabajo, así que siguió con su rutina diaria; pero entonces, ya ni se fijaba en los hombres: sólo disfrutaba con sus amigas.
Luego de una sesión conmigo, se fue muy enojada, ya que le había dicho que era normal que tuviera miedo y que debía hacer el tratamiento si no quería morir. Me contestó que ya lo sabía eso y quedejara de tratarla como a una paciente enferma, que ella era “una persona”. Ese día me dejo muy confundido; inclusive, llegué a sentirme culpable.
La reina de la noche era llamada así en los numerosos bares y boliches que había en el centro. En cierta oportunidad, pocos días después de la discusión que habíamos tenido, la encontré en un bar. Me vio y se me acercó. Lo primero que hizo fuedisculparse por el trato que había tenido conmigo y me invitó un trago. Yo, una vez más, había quedado confundido. Era la primera mujer a la que no podía entender y aun más extraño era… que eso me gustaba. Tomamos varios tragos y terminamos en el muelle de la ciudad. Me desafió a hacer algo alocado. Yo no dudé en hacerlo. Claramente, los tragos habían producido su efecto, porque terminamos desnudos en elrío y peor aun, nos hurtaron la ropa, nos reímos a carcajadas, hasta que la miré y no pude evitar besarle sus delicados labios.
Al otro día despertamos en mi casa y lo más raro fue que ella no se había ido, sino que seguía estando al lado de mí; apenas se despertó, lo primero que hicimos fue reírnos y le mostré lo bueno que era cocinando. Había hecho el amor con una paciente, estaba rompiendo...