Bajo presión

CAPÍTULO 9. DEPORTES: PÁSALA.

Este capítulo se centra en la importancia que tiene para los padres que sus hijos practiquen un deporte y, sobre todo, si es bueno en el deporte que practican, de forma que exhortan al niño hasta la saciedad para conseguir de su hijo un deportista de élite y se olvidan de que lo importante es que se divierta jugando.

Los deportes pueden venirles muybien a los niños y jóvenes porque les ayuda a relacionarse a la vez que los aleja de las videoconsolas y otras cosas peores (drogas, alcohol…), pero siempre debe ser concebido como un juego y no como una competición. Para ello los padres deberían alejarse del terreno donde se practica el deporte y no intimidar a niños y arbitros con la obsesión de que sus hijos sean los mejores.

Además,hay que tener en cuenta que la sobrecarga deportiva puede causar graves lesiones y que la práctica excesiva de un solo deporte desde una edad temprana también pude resultar perjudicial. Por otra parte, la especialización temprana también echa a perder a los chicos que destacan tarde, a los que no se les tiene en cuenta.

La competitividad puede resultar estimulante para los niños, peroaparte de eso también hay que enseñarles qué significa ganar y qué significa perder, porque un exceso de competencia obliga a los niños a ceñirse a lo que saben hacer y a no mejorar sus puntos débiles, es decir, dificulta la creatividad.

CAPÍTULO 10. DISCIPLINA: ¿SÓLO DECIR NO?

Decir ¡no! es muy difícil hoy en día, ya que los padres se esfuerzan tanto en organizar la vida de sus hijos yprotegerlos que cuando hay que introducir la disciplina no es fácil. Sin embargo, hay que señalar que esta queja no es nueva, porque el hecho de que a los niños se les permitiera hacer lo que les daba la gana también atormentaba a los padres de las generaciones pasadas.

¿Por qué es tan difícil negarle las cosas a los niños? En primer lugar, porque se los ha colocado en un pedestal con elobjetivo de hacer de la infancia un retrato perfecto. Esto se debe a que se cree que una buena autoestima es el trampolín para el éxito. A pesar de ello estudios recientes demuestran que aquellos niños a los que siempre se les ha dicho que son perfectos tienen menos iniciativa a la hora de aprender y menos creatividad porque temen el fracaso. Además, poner a un niño en un pedestal hace que sea másdifícil negarle ciertas cosas.

Quizás este deseo de no negarle nada se deba a que estamos demasiado cansados como para encontrar la energía para enfrentarnos a ellos, o nos sentimos culpables por no dedicarles más tiempo, o queremos tener una relación distinta a la que tuvimos con nuestros padres, etc.

Sin embargo, hay que aclarar que los niños y jóvenes necesitan normas ylímites, ya que así descubren sus propios puntos fuertes y débiles y los prepara para vivir en un mundo con normas y concesiones.
De hecho, muchos padres están esforzándose en imponer disciplina para con sus hijos. Ello implica que no siempre se haga justicia ni se actúe de un modo coherente. Los errores son inevitables, a pesar de que los especialistas siempre recomiendan que cuando se leimponga un castigo al niño se le explique las razones.

Por otra parte, también es muy importante que los padres se resistan a medicar a sus hijos. La hiperactividad ha existido siempre, la diferencia es que hoy sabemos cómo detectarla y se medica a los niños en exceso. En este punto hay que señalar que muchos expertos afirman que estos medicamentos disminuyen la creatividad, la espontaneidad yla capacidad para asumir riesgos de los niños.

Para concluir este apartado se señalará que no hay fórmula para mantener a los niños controlados, pero que rebelarse contra la autoridad forma parte del crecimiento y el conflicto es un rasgo de la vida familiar.

CAPÍTULO 11. CONSUMISMO: PETICIONES INSISTENTES Y CAJEROS AUTOMÁTICOS QUE ANDAN Y HABLAN.

Este capítulo se centra...