Batalla a la razón

Mientras la ciudad dormita, la luz de la lámpara ilumina a medias mi habitación; tendida en la cama, observo los cuadros, las paredes blanquecinas, la mesa cubierta de notas que he dejado la nocheanterior junto a mi computadora. Sé que en breve me vencerá la desesperación por no poder conciliar el sueño, e iré a sentarme tras la pantalla, con la esperanza de encontrar una palabra amiga, porquehas de saber, querido lector, que es ahí, donde el recogimiento se pierde un poco y derrota al silencio que me habita, es en ella, donde acostumbro salvar tantas horas intentado encontrar en el mundocibernético quien desee establecer una concordancia que al paso fructifique.
Como quisiera que tú, que das oído a este breve desahogo de soledad, estuvieras aquí para conversar ampliamente de losabismos que se forman al pasar el tiempo y cómo en el anhelo de encontrar una ilusión que asga el corazón, he logrado vencer el miedo a lo desconocido, a posar la sinceridad de la palabra que abra miser, mis emociones y esta necesidad apremiante que me ahoga, de encontrar como antaño en quien verter la necesidad de querer ser amada y amar con la intensidad y madurez e inmadurez que la edad y elanhelo conllevan.
Hago un balance entre mis experiencias vividas a través de este medio y la estrechez de las noches desiertas, y ¡Sabes querido amigo!, permíteme llamarte así, el saberte en algunaparte del mundo, imaginarte cerca o lejos, pero en escucha de lo que expreso, suaviza la desesperanza y me alimenta, es una sensación grata imaginarte atento al sonido que no te llega. Como te decía, enel recuento que realizo. Por un lado, esta el vacío que me ahoga y por el otro, el comprobar que hay miles en soledad compartida, sólo que, así como hay una gran pluralidad de intereses en el mundo asíla hay en tipos de necesidades para cubrir el espacio que ahoga y agita.
Hay noches como ésta, cargadas de contrariedades en las que por instantes me convenzo que es mejor apagar la leve flama de...