Brancusi y Moore

De Brancusi David Lewis
Academy Editions

…en 1926 una exposición de obras de Brancusi se exhibió en NewYork. Pero la importancia de sus esculturas se jugó en la aduana de Estados Unidos quien no las consideró como obras de arte, pudiendo de esta manera, entrar al país libre de impuestos y en cambio, como“implementos metálicos manufacturados” las calificó “material macizo” sujeto a impuestos, siendo este el 40% del precio comercial.
Una de las esculturas fue “Pájaro en el Espacio” en bronce pulido quehabía sido adquirido por el coleccionista Edward Steichen por $600. El impuesto entonces de $240 fue pagado bajo protesta. Fue por esta escultura que Brancusi decidió querellarse contra la aduana deEstados Unidos.
Durante los procedimientos el polémico testimonio como lo informó el “New Evening Post “permaneció sobre la mesa frente a la corte, aparentemente listo a volar derecho al espacio, sussuperficies curvas brillando tibiamente a la luz solar de las ventanas”. Brancusi quiso viajar New York especialmente para este caso y tomo clases de inglés, pero al final no fue necesario puesvarios coleccionistas, directores de galerías, artistas y críticos aparecieron en su favor.
Una de las revelaciones del caso fue el gran abismo que existía entre el punto de vista oficial que exigía larepresentación de cabeza, plumas, patas, pico y los que apoyaban a Brancusi que blandían valores plásticos de ritmo y forma independientes de la representación. “Lo reconocería como un pájaro si loviera en un bosque” preguntó el juez Byron White detrás del cual colgaba una gran bandera norteamericana “¿y le daría un tiro?” “¿no podría cualquier buen mecánico” preguntaba el ayudante del fiscalgeneral, Marcus Higginbotham, “ hacer algo semejante con un tubo de bronce?” Seguramente podría confirmaban los académicos que apoyaban a los oficiales; “seguramente si puede”, testificaba Jacob...