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EL ALTAR.
Adriana Gil.



1 BÚSQUEDA


En medio de una gran pradera cubierta de flores, a la sombra del imponente castillo de altas torres y gruesos muros, se encontraban las gobernantes de una dimensión llamada Orlan. Tres hermanas, que no sólo compartían lazos de sangre y la responsabilidad de reinar, tenían además un gran poder, ya que aquellas hermosas mujeres eran hechiceras;mejor conocidas por sus súbditos como Elementos Medios. Sus habilidades eran ampliamente conocidas y temidas por las criaturas más poderosas, no sólo de Orlan sino de muchas otras dimensiones.
El motivo de su reunión era de hecho una despedida, y es que estaban a punto de partir hacia diferentes destinos. Los Elementos Medios no reservaban sus poderes para uso exclusivo, por lo general creabanhechizos o utilizaban sus dones con el fin de obtener ciertas ventajas políticas o económicas, y por supuesto, eliminar cualquier amenaza a su reino.
En esa ocasión habían acordado realizar un hechizo vinculante para una ninfa que no podía controlar su propio ejército. Nuestras protagonistas se embarcaron en la búsqueda de una larga lista de ingredientes, que además de ser bastante complejos seubicaban en dimensiones diferentes y algunas bastante lejanas. Ésa era la razón por la cual se daban un corto pero sentido adiós.
La mayor de las hermanas, Lucy, estaba pensando en la eficiente estrategia que emplearía para localizar sus ingredientes cuando notó que Brenda, la menor de todas, la miraba directamente con una extraña expresión. Lucy se llenaba de ternura cuando miraba su lindorostro, esos hermosos y brillantes ojos dorados rodeados por tupidas pestañas y cejas elegantes y definidas, todo enmarcado por una melena de largo y ondulado cabello negro brillante. Lucy suspiró, pensaba que la belleza de su hermana favorita sólo era superada por su dulce corazón y su chispeante personalidad. Así que, aunque podía leer su mente, no necesitó hacerlo para saber lo que pensaba.-Te voy a extrañar Lucy.- dijo Brenda sacando un poco su labio inferior.
-Por favor Brenda no empieces! Ya hemos pasado por esto!- apuntó, su otra hermana, Elena con una mueca exasperada, haciendo rodar sus ojos negros y sacudiendo su brillante cabello rojo.
Por alguna razón, a Brenda nunca le sentaban bien las largas separaciones y desde que quedó claro que tenían que ir cada cual por sulado, para reunir los ingredientes más rápidamente, ella había estado de mal humor; dejando bastante claro que no le hacia ninguna gracia ir sola y que salió perdiendo al momento de repartir los ingredientes; porque no era justo que ella tuviera que traer los ojos de demonios del agua y extractos de árboles venenosos, entre otras cosas.
-Aunque no lo creas, incluso a ti te voy a extrañar Elena!-dijo Brenda con sus manos sobre sus amplias caderas.
-Uff!!! Que alivio! Ahora sí tendré fuerzas para salir.- dijo Elena haciendo gala de su actitud irreverente y el sarcasmo que le resultaba tan familiar a sus hermanas.
-Basta!- exclamó Lucy y las dos chicas se calmaron un poco. Después de todo, era la mayor y sus órdenes se obedecían siempre.- En cuanto antes salgamos, antes llegaremos! Losiento Brenda, yo también te voy a extrañar- le dijo mirándola a los ojos.- Pero tenemos que irnos.
-Así se habla Lucy.- dijo Elena pero miraba a Brenda.- Ya saben cómo odio las largas y sentimentales despedidas. Por cierto Brenda, ya tienes mil años! Cuando madurarás?- preguntó levantando una ceja.
-Tengo novecientos noventa y seis. Y yo maduro cuando se me antoje.- afirmó Brenda cruzandolos brazos sobre el pecho y levantando la barbilla.
-De verdad tenemos que pasar por esto cada vez que salimos?- dijo Lucy levantando la mirada al cielo púrpura de Orlan sin esperar realmente una respuesta.
-Ni creas que estoy muy contenta contigo Lucy!!- dijo Brenda frunciendo los labios.- Mi pelo se va a arruinar por pasar tanto tiempo en el fondo del mar!!!- se quejó golpeando el suelo...