Cómo reavivar la chispa de una relación

En busca de la chispa perdida

Nos conocemos, nos buscamos, nos gustamos, nos enamoramos, pensamos un proyecto juntos, lo idealizamos, sumamos voluntades y lo ejecutamos –o intentamos hacerlo–, cambiamos, juntos o por separado, sobre la marcha. Y un día nos miramos a los ojos. Vemos lo que hemos hecho y lo que no. Vemos que ya no somos los mismos. Que la rutina nos está ganando la partida, quelo que nos gustaba ya no nos gusta como antes. Es hora de barajar las cartas y volver a repartir, de rescatar, de volver a ver lo bueno en lo que nos unió. Es necesario recuperar esa chispa, ese brillo, esa química que nos hizo elegirlos.

Las parejas pasan por diferentes etapas a lo largo de su existencia. Cada una representa un reto y tiene sus desafíos. Desde el enamoramiento, que puede teneruna duración de entre 7-8 meses y 2-3 años, según la terapeuta de parejas Ruth Axelrod*, y donde existe una apercepción de la realidad –“uno ve en el otro lo que quiere y necesita ver”–, al afianzamiento del amor, el establecimiento de una relación de pareja de forma legal y la llegada de los hijos – “que es un período muy amoroso pero muy traumático. Las parejas tenemos crisis todo el tiempo.Crisis y pareja son símiles. Puede ser cada dos, cada 4 años, es variable.”

Cada una de estas crisis, representan retos, pero también potencialidad de cambios para mejor. Son readaptaciones necesarias para seguir embonando, espejos de realidad que se nos plantan frente a los ojos para que nos hagamos preguntas fundamentales como: ¿porqué estamos juntos? y ¿qué hacíamos antes para estar a gustoque ahora ya no hacemos?

¿Y donde quedó la chispa? Los enemigos del amor

Cambia, todo cambia
“La denuncia más grande que yo haría es que no tenemos la educación adecuada para contratar nuestra situación de pareja. Lo que yo voy a perdirle a la relación o lo que yo voy a ofrecer a la relación no es estable. Uno va cambiando, pero cuando voy cambiando, ¿le aviso al otro que voy cambiando? Noestamos educados para hacerlo” afirma Axelrod. Si antes nos parecía adorable que se comportara como un niño y se pasara horas jugando videojuegos, ahora nos hastía que lo haga. Estamos en constante cambio. Los cambios de las personas establecen nuevos parámetros en la relación que necesitan nuevos contratos. “Pero no tenemos la capacidad de comunicarlo, porque no somos conscientes de ello, no esporque seamos malos, no estamos ni educados ni conscientes de esta estructura que esta cambiando todo el tiempo”, explica la terapeuta.

Rutina y aburrimiento
La relación conyugal, el matrimonio y el amor tienen una lógica contradictoria –dice el psicólogo Rafael Manrique -El amor pide cambio, pasión, novedad, riesgo; lo conyugal conservación, rutina, hijos, estabilidad. Se hace difícilcompaginar amor y conyugalidad”. Por ello, vivimos eternamente en busca de ese ideal que parece imposible y nos cuesta aceptar que la rutina formará parte de cualquier matrimonio o relación de pareja estable. Más allá de la rutina o costumbres repetidas, se trata de un signo de madurez. “La madurez también implica cierta rigidización de las diversiones. Hay que encontrar lo agradable de la madurez”, diceAxelrod.

Relaciones de pareja que mueren de “inanición”
Nos enamoramos, nos casamos, compramos casa, tenemos hijos, con suerte algún día seremos abuelos… Pensamos que cumpliendo con esos pasos y esas etapas va a estar todo maravilloso. Pero nos olvidamos de que la relación necesita ser alimentada. Hay un descuido del otro y del “nosotros”, un “dar todo por sentado” que nos orilla aconformarnos con una relación que con el correr del tiempo se convierte en poco más que un trato de compañeros de cuarto. “Creo que se trata de un descuido cultural –dice Axelrod–, y la cultura se transmite a través de las mujeres. La manera en que nosotras vimos a nuestras abuelas, o a nuestras madres cuidar, hace que tengamos ciertas creencias y esas creencias se vuelven estructuras de relación”.

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