Cabañuelas

Entro la luz fría y tímida por la ventana de cortinas abiertas. Un roció fino acompañaba por dentro el cristal e indicaba que la temperatura había descendido. Haciendo un círculo con la mano, Josefina limpio el vapor. A través del hueco, pudo observar un cielo plomizo cargado de nubes. “Lloverá un buen rato”, dijo observando la suavidad de la caída de las gotas que dejaban caminitos de aguaen la superficie de vidrio.
Febrero loco. Son las cabañuelas.
Rafael la saco de sus pensamientos…
Apúrate mujer, debes despertar a los niños. Llegaran retrasados a la escuela.
Josefina quiso contestarle: ¿Por qué no lo haces tú? ¿Por qué no me dejas meditar un poco? Pero no deseo comenzar el día con un pleito. Ya tenía bastante con la opresión difusa que se había apoderado de su ánimo.
Se vistióantes de ir a la recamara de los niños. Descorrió las cortinas. En vez de alegre; la luz entro pesarosa y ese pesar de gris de la mañana husmeo el cubo de la recamara; traspasando su corazón.
-Cabañuelas- repitió mecánicamente. Palmeo las manos en un esfuerzo por atraer el optimismo; tres varones y una niña llamada Laura, al oír el clap clap maternal se despabilaron. Josefina los ayudo a vestirse,a lavarse, a peinarse, y luego en tropel, al frente de su minúscula tropa, bajo las escalaras y llego a la cocina para preparar los licuados con plátano. Siempre a la carrera, los acomodo en el coche para levarlos a la escuela como lo hacia cada mañana.
Los niños platicaban en el asiento de atrás. Laura pregunto intempestivamente:
-Mami ¿es verdad que las niñas somos mas tontas que los niños?-¿Quién te ha dicho esa barbaridad?-pregunto a su vez Josefina.
-Paco Ruiz, que se sienta junto a mi banca.
-Pues dile a Paco que el tono es el, porque las mujeres no somos ni mas ni menos inteligentes que los hombres.
Los hermanos de Laura se rieron y comenzaron a jalarle las trenzas al tiempo que canturreaban “tiene razón Paco, tiene razón Paco”. Nerviosa, Josefina impuso silencio. Afortunadamenteya se encontraba frente al colegio.
De regreso la lluvia seguía golpeando el parabrisas del automóvil. Josefina prendió las noticias. La voz conocida de su amiga Nora, periodista de la XEFJ, la ponía al tanto de los sucesos mas sobresalientes. Como la envidiaba. Habían hecho juntas la carrera de comunicación en la Universidad Latinoamericana. A Josefina le auguraban un futuro brillante. Noramacheteaba, pero todo lo que se proponía lo llevaba a cabo.
-Un día seré comentarista importante- le confeso a su amiga mientras ambas deambulaban por los pasillos de la Universidad.
Ahora, mientras las gotas seguían haciendo caminitos de agua sobre el parabrisas, la escuchaba, en la radio, mientras ella, con toneladas de opresión en el pecho tenia deseos de desaparecer, de chocar el automóvil, desalirse del mundo, de no empezar sus labores. Le pareció entonces su vida sosa y sin objetivos. Si tan solo aceptara el trabajo de tiempo completo en la gerencia de publicidad. Le ofrecían un sueldo mayor del que ganaba su marido, pero el nunca estaría de acuerdo. Prefería divorciarse. Dio vuelta al sintonizador para escuchar música. Su humor no le permitía seguir oyendo a Nora en la modorra de esedía gris acero, nube gris. Gris niebla, gris acera. Le pareció oír que Nora le susurraba:
-Si tan solo te atrevieras…
-Son las cabañuelas- se explico malhumorada.
Al entrar a su casa oyó el tap tap de los tenis de Rafael haciendo ejercicio. El tap tap marco el ritmo de su tristeza. Un tap tap de hombre, de león en su madriguera. Josefina estaba ligeramente húmeda por la llovizna de la calle.Mejor seria darse un baño caliente y arreglarse. La jornada comenzara cuando cese el tap tap.
Rafael ordenara:
-Mi mor, hoy iras al banco, llevaras este cheque a la oficina del señor Rodríguez; es indispensable hacer las cartas que te dictare cuando acabemos de desayunar ¿Recuerdas el presupuesto para el licenciado Mendoza? Pásalo en limpio con las correcciones que acorde con el cliente. Tengo que...