Calito
Desde el almuerzo, Robert había permanecido sin trabajar. Cerca de las seis bajó a la cocina para prepararse un té. Helen dormía.
Tenía la taza en la mano cuando en teléfonosonó:
- ¿Hola?
- Robert.
- Querida… no debes llamarme aquí…
- Lo sé, pero necesitaba saber. ¿Hablaste con ella?
- Lo siento, eso… no es posible, no ahora.
- ¿Cómo?,Robert, ayer me dijiste…
- Lo sé, compréndeme… hoy ha estado enferma, ha dormido casi todo el día.
- Ella se emborracha todas las noches.
- Tienes razón. Te prometo que lo vamos asolucionar, confía en mí.
- Quisiera confiar pero… tal vez estés mintiéndome y…
- ¡Por favor, no digas eso! ¡Tú eres lo único que tengo ¡
- Robert, ¿me amas?
- Claro que sí.
- Es todolo que necesito saber. Confía tú en mí.
Al decir esto se escuchó un clic del otro lado.
La última frase de la mujer le quedó dando vueltas. Confía tú en mí. ¿Qué diablos había querido decir?De pronto sintió que se enfocaba, y unos deseos repentinos de tomar un trago. Fue a la sala y sacó una botella de scoth, y estaba por abrirla cuando escuchó un ruido de pasos. Ella se habíalevantado. Guardo la botella nuevamente y cerró el pequeño mueble. No quería tomar en su presencia.
-Robert, ¿Qué hora es?
Robert se dio vueltas y la vio bajar de las escaleras. Helen vestía ropade cama. Y su cabello estaba revuelto. Nunca fue hermosa, pero ahora parecía una mujer de mala vida que envejeció de golpe. Descendía muy despacio:
- Escuché el telefono, ¿Quién era?
- Numeroequivocado.
- Lástima. Sería bueno que alguien nos llamara invitándonos a una fiesta.
- Hace tiempo que ya nadie nos invita a fiesta
- Si tú lo dices…
Robert se levantó y fuehasta la cocina. Un segundo después se escucho su voz:
- No has cenado… ¿quieres comer algo?
- No, gracias
Helen había posado su mirada en el bar. Ella tampoco quería tomar tan temprano....
Regístrate para leer el documento completo.