Callejon
Así lo describe a Eulalio -alguien que reúne todas las características para no ser jamás personaje de un reportaje-, el poeta, ensayista ydramaturgo mendocino Rodolfo Braceli, en la edición del 11 de mayo de 2008 de la revista dominical de La Nación.
El título de la imponderable nota, El escritor más feliz de la Tierra, mecautivó de inmediato con un fuerte “garrotazo de candor”, acaso el mismo golpe de efecto que le produjo a Braceli aquella personita de inmensa humanidad, “dueña de todo el tiempo del mundo”.De día, Eulalio hace armados en hierro, coloca cerámica e impermeabiliza techos. De noche, anota los versos que afloran de su ser.
“Entendámonos -dice Braceli, en sus Hojas del CaminanteQuieto-: Eulalio hace poesía no con lo que escribe, sino porque lo escribe. El encanto de su hablar no alcanzó a su escritura; ésta es apenas elemental, pero resulta prodigiosa si pensamos quese elevó desde el subsuelo de varias generaciones atravesadas casi por el analfabetismo”.
Celebro profundamente: que la historia de Eulalio González -que, al margen, está escrita como losdioses- haya sido publicada en un medio gráfico; escuchar a un escritor de la talla de Braceli decir que para hacer poesía no es necesario ser poeta; que alguien con apenas segundo grado deescuela primaria se siente a volcar los versos que le dicta el corazón y, además, consiga dinero de sus vecinos -tan o más pobres que él- para publicarlos en modestas pero dignísimas...
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