Camino a dios
1\bookfoldsheets0Acompañamiento Vocacional Josefinos de San Leonardo Murialdo
ITINERARIO hacia DIOS
Ignacio Larrañaga
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Acoger el misterio infinito de Dios
Una cosa es tener en la cabeza la idea de que el fuego quema, y otra cosa es meter la mano en el fuego, y así tener la experiencia de que el fuego quema. Una cosa es tener en la mente la idea de que el agua sacia la sed, y otra es beberun vaso de agua fresca en una tarde de verano y así tener la experiencia de que el agua sacia la sed. Sabemos teóricamente que tal sinfonía es magnifica, pero otra cosa es estremecerse hasta las lágrimas al escucharla. Sabemos que Dios es amor porque lo hemos aprendido en la catequesis, pero otra cosa es temblar de emoción ante una presencia infinitamente amante y amada. Una cosa es la palabra deDios y otra cosa es Dios mismo. Una cosa es la palabra amor y otra cosa es el amor. Dios no es una teoría, ni una teología. Es una persona concreta, y a una persona se le conoce por medio del trato personal; y este trato personal confiere aquel conocimiento (experimental) «que supera todo conocimiento». Si no nos echamos de cabeza en el mar de Dios, nunca sabremos quién es Dios. Y aquí está ladiferencia entre un profesor de religión y un profeta. Un profesor o catequista viene de las aulas de teología y cursos de pastoral, y viene con un pergamino que le acredita que puede enseñar religión en los establecimientos públicos. Un profeta o testigo, en cambio, viene de los encuentros solitarios y prolongados, cara a cara, con el Señor Dios. Y tiene conocimiento de Dios, no porque se lo hayaaprendido en los libros o en las aulas, sino «de rodillas»; y así se forjan los grandes amigos y discípulos del Señor, y es esta clase de profetas la que la Iglesia necesita y desea. No olvidemos que los primeros testigos de la Resurrección primeramente «perseveraban unánimes en la oración y súplicas, con Maria, la madre de Jesús» (Hech. 1, 14) y luego estuvieron en condiciones de lanzarse «Comotestigos míos por Jerusalén,
En este día voy a verme implicado en una situación difícil. Tengo que presentarme ante esos tipos hostiles que me van a reclamar por no sé qué. Voy a tener presente la presencia de ánimo, dignidad y altura de Jesús delante de Caifás, Herodes y otros. Voy a imaginar que yo «soy» Jesús, y me presentaré ante ellos con el semblante interior y exterior de Jesús, con su...
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