Caminó desnuda hasta sentirse viva otra vez
Su tez brillaba bajo la luz de la luna. Su cuerpo desnudo y sudado resplandecía en el campo. Elsonido de la soledad agitaba ese lugar. Su respiración se mezclaba con el movimiento del viento. Su cesante jadeo hacia parte del murmullo veraniego. La brisa rozaba sus pequeños senos, su íntimacadera, sus delgados muslos y se convertía en una caricia que la excitaba. El largo cabello castaño era agitado levemente, tapándole el pálido rostro. Se sentía cansada y mundana. Su pecho subía y bajabaobedeciendo su infantil naturaleza. Era ella parte de ese campo, ya no era quien solía ser, era otra piedra en medio del césped, igual de inmóvil, igual de muerta.
Las lágrimas habían limpiado sucara de la suciedad. Ahora solo le quedaba el dolor y la entrecortada respiración. A su lado estaba el. Aquel hombre que había querido. Aquel hombre que la había hecho sentir especial. Estaba desnudotambién, boca abajo, con el corto cabello revuelto, los brazos extendidos; al igual que sus piernas, la izquierda sobre ella, sobre su frágil vientre. Ahora lo odiaba. Odiaba verlo allí sin más.Inconsciente, y mostrando parte de su inmunda humanidad al cielo.
El primer rayo dorado se asomó iluminando la verde y extensa pradera. El oscuro firmamento comenzaba a aplacar su sobriedad. El canto de...
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